Semanario El Siglo / 29 de diciembre de 2003

 
 
 

Entrevista a Jaime Huenún, Premio de Poesía Pablo Neruda 2003

"Hay que rescatar al verdadero Neruda"
Por José Osorio y Ana Muga /

El 15 de diciembre, Jaime Huenún recibió el Premio Pablo Neruda 2003. Premio que ha sido silenciado por los grandes medios de comunicación y que viene a reconocer la obra de un poeta de origen mapuche huilliche.

Nacido en Valdivia en 1967, estudió Pedagogía en Castellano, ha ganado diversos concursos y sus poemas están en varias antologías. Vive en Freire y con dos libros en su bibliografía se ha dado el tiempo para publicar revistas, dirigir encuentros literarios y fundar la única pagina de literatura mapuche en Internet (www.ulmapu.cl). Actualmente trabaja en dos textos, uno de poemas cuyo nombre es "Reducciones" y que se refiere a la forma en que el pueblo mapuche ha vivido en los últimos 120 años y el otro "Memorial del desarraigo", testimonios de gente mapuche urbana que viene del campo y tiene que instalarse en los márgenes de la ciudad, como exiliado de su lugar de origen.

El Siglo conversó con Jaime tratando de abordar temas que tienen que ver con su vida, la realidad y lucha de su pueblo. Estuvimos en las cercanías del Cerro Huelén mientras su familia lo esperaba en la habitación del hotel aguardando los minutos para el regreso a sus tierras luego de recibir este importante premio.

-¿Qué significa para ti este premio?

"Cuando hace unas semanas se anunció el premio significó un honor, porque de alguna manera es recibir un fragmento de la herencia nerudiana, no solo poética sino también económica. Neruda legó sus bienes al pueblo, al Partido Comunista y a la poesía chilena y en ese sentido me siento absolutamente honrado con este premio que fue otorgado por un Premio Nacional, un representante de la Academia Chilena de la Lengua y un representante de la Sociedad de Escritores de Chile. Donde no hubo –según entiendo- presencia de elementos directivos de la Fundación Neruda. Es un premio otorgado en justa ley y en ese sentido estoy tranquilo. Me parece estar recepcionando un fragmento de la utopía nerudiana que era compartir su creación poética con todos los sectores del país, en particular con los mapuche, que é l consideró en su obra y también en sus discursos".

-En la ceremonia de premiación hubo una manifestación contra Juan Agustín Figueroa por su papel en los juicios contra dirigentes mapuches, que precisamente ese día fueron condenados a penas de varios años. ¿No crees que este premio es una suerte de lavado de imagen de la Fundación que él dirige?

"Lamentablemente se suscitó esta situación coyuntural que se viene arrastrando por año y medio, en donde se premió a un poeta que es de origen mapuche huilliche, que tiene una posición crítica en relación al accionar del Estado de Chile en el sur del país con las comunidades y los sectores mapuche. No es primera vez que yo tengo opiniones políticas frente a ese tema, aun cuando no soy ni político ni representante de ninguna organización.
Me he visto envuelto en esta especie de polémica por un premio literario. No lo entiendo como una manera de limpiar la imagen de la Fundación por todas las situa ciones que han sucedido en relación a algunos de sus personeros directivos, en este caso específico Juan Agustín Figueroa. Es un premio que se ha otorgado hace ya 15 años, que le ha sido otorgado a Raúl Zurita, Diego Maqueira, Clemente Riedemann, Gonzalo Millán. No creo que el premio que se le entregó a Zurita fuera para sanear una deuda con la gente que fue torturada, pues Zurita estuvo prisionero y fue torturado en algún momento. Como no creo que el jurado que me entregó el premio lo haga como para reparar una especie de daño que se le ha hecho a la comunidad mapuche del sur. Un premio de poesía no repara nada.

-¿En algún momento pensaste en no aceptarlo?

"Fue una situación difícil, lo conversé con mi esposa, pero opté responsablemente por aceptarlo, primero porque si lo rechazaba significaba más polémica y una de las cosas que no me interesa es ser parte del noticiario. Yo escribo en el sur del país, en un pueblo pequeño, soy parte de una población de casas básicas, mi economía tampoco es descollante. Además era un premio a un trabajo, a una trayectoria. Tres mil dólares no compensan el trabajo literario que he hecho durante años, y que si uno lo divide por meses, en 2 ó 3 años de trabajo no significa mucho. Es un premio que se desvanece inmediatamente en términos económicos e incluso en términos honoríficos, pues uno tiene que continuar trabajando en lo que hace, en mi caso la poesía. Los premios son estímulos momentáneos que se pierden, sobre todo en estos tiempos en que la poesía tiene solamen te cobertura mediática por razones extraliterarias. Yo lamento que haya coincidido con un problema coyuntural muy serio para el pueblo mapuche organizado, que es el de los lonkos condenados a cinco años y un día de prisión por presuntas amenazas terroristas. La Fundación Neruda se ha echado encima, por este problema, un karma que va a ser difícil que lo pueda disolver en el tiempo a menos que tengan otras actitudes, otras maneras de proceder. Eso va a manchar gran parte de lo que va a ser el centenario de Neruda el próximo año. El tema mapuche es muy significativo tanto fuera como dentro de Chile y la situación de la Fundación va a ser complicada por la tozudez y una fe ciega en un supuesto estado de derecho que no coincide con las tradiciones culturales de un pueblo que es distinto, sobre todo en las zonas campesinas".

-Tú has recibido varios premios en donde la figura convocante es Neruda. ¿Cómo te relacionas con el poeta Pablo Neruda?

"Neruda es un personaje absolutamente complejo, creo que se equivocan tanto quienes lo santifican como quienes lo demonizan. Es un personaje de la historia literaria universal del que hemos tenido la suerte de que naciera en este país, y que es un terreno fértil para el surgimiento de otros talentos. La poesía chilena se conoce en el mundo por Neruda. Mi vinculación con él es como lector, su vida de coleccionista me interesa bien poco, la vida de sibarita no me interesa y es lo que actualmente se está explotando. Esas facetas de su personalidad, la vida del Neruda trágalo-todo, del coleccionista de objetos extraños, del Neruda como un sujeto del mundo, un diletante, no es la personalidad que me atrae. A mí me atrae el poeta, la figura atormentada de ese poeta de ‘Residenci a en la Tierra’ o la figura clandestina de ese joven poeta de Temuco que tenía que arrancar de su padre para escribir su poesía, la vida del Neruda fugitivo que escribía el ‘Canto General’ metiéndose por los caminos recónditos de los bosques y cordilleras de Chile hacia Argentina. Me interesa la auténtica voz política de Neruda, aquella en que se aparta de ese discurso político complaciente incluso con su propia corriente ideológica. El plantea cosas mucho más profundas que tocan a toda la humanidad y dentro de esos discursos políticos me interesa aquel en el que repara en los pueblos originarios, en el mestizaje de Latinoamérica, en esto de que somos un país y un continente de mezclas e hibridaje de diferentes conexiones. Esas son las páginas y las facetas de la personalidad de Neruda que me interesan".

-A propósito de mezclas, tú reivindicas tu condición de mestizo, es uno de los temas que recurrentemente abordas, a diferencia de una cierta pureza mapuche. ¿A qué se debe?

"Lo del mestizaje no es un tema en mi caso, sino un vivencia. Yo soy un champurria, un mezclado, un mestizo como dicen los mapuche. La idea de asumir esa parte de mi biografía es tratar de compenetrarme honestamente con mi propia vida, mi propio ámbito de existencia, pero es complejo y no es fácil. Es complejo. Por una parte existe una corriente intelectual y dirigencial mapuche que reivindica una ancestralidad idealista, una pureza un tanto maniquea acerca de quien es más o menos mapuche. Por otro lado, tengo que vivir en una sociedad chilena contemporánea a la cual de una u otra manera todos pertenecemos, mapuche, rapanui, aymarás, y de alguna manera todos tenemos que llegar a las oficinas públicas, todos vemos TV, tod os estamos dentro de un marco cultural, político y económico que es esta contemporaneidad chilena. Son estos modelos que se nos imponen cotidianamente. No es fácil asumir que Chile es un país contaminado, mezclado, donde todos quieren resaltar sus orígenes más o menos puros. Que yo soy de origen germano, que yo soy de origen italiano, que yo soy mapuche. En definitiva, tal vez mi posición es la más incomoda de todas en esta hornada de intelectuales mapuche que están reflexionando y creando desde ciertas zonas de identidad".

-¿Existe la poesía mapuche pura?

"Existe una etnoliteratura mapuche que tiene cierta vigencia en comunidades y en ciertos sectores de mapuche urbanos, que es el ejercicio y la practica del UL, del ULKANTU, que es el canto mapuche. Pero los poetas mapuche contemporáneos se han desmarcado de esa realidad porque han empezado a escribir libros y son sus libros los que los hacen conocidos, salvo el caso de Leonel Lienlaf que con el uso de la tecnología ha mantenido el canto mapuche que él practica. Los poetas mapuche contemporáneos han apostado al libro como un instrumento de difusión de su trabajo y planteándose derechamente en la escritura. Obviamente, hay un enraizamiento en la oralidad campesina mapuche. Las tradiciones más étnicas no han tenido un desarrollo y se han ido perdiendo".

-¿Cómo se expresa para ti la idea de la autonomía mapuche en medios como el periódico Azkintuwe?

"Yo creo que hace falta cada día más la presencia de medios autodeterminados, gestionados, producidos y terminados por la gente mapuche. Con toda su diversidad, hace falta que la sociedad mapuche se exprese. Esta sociedad es de derecha, de izquierda, evangélica, católica, es mujer, son niños, jóvenes, una diversidad inherente a todo pueblo. Mientras más gente esté en eso, se va a conocer mejor al pueblo mapuche y se van a derribar los estereotipos y las ignorancias. En Temuco la gente no tiene idea del tema mapuche, que significa un apellido. En relación a ciertos medios escritos mapuche hay esfuerzos interesantes como Azkintuwe (‘el lugar desde donde miramos’) que me parece un esfuerzo muy notable pues además es una conjunción de mucha inteligencia con una postura con la cual uno puede estar en desacuerdo o no, pero hay un trabajo serio, que ha dignificado el trabajo periodístico mapuche, el trabajo informativo mapuche, hay una gran profundidad de reflexión que ojalá perdure. Es un trabajo que combina ideología, reflexión, cultura, fuerza, entusiasmo y perseverancia. Es un diario que debe continuar".

-Y en el plano de la unidad, ¿qué te parece que este periódico apueste por un trabajo conjunto de mapuches de Chile y Argentina?

"Yo creo que una de las condenaciones del pueblo mapuche ha sido la disparidad de criterios para conducir la lucha, lo que se ha refrendado en una diversidad de organizaciones que muchas veces han tenido caminos diversos que nunca han planteado una posición común, una plataforma común de lucha, cosa que hace falta. Ya no es posible mantener espacios de combate alejados unos de otros, el pueblo y los referentes mapuche tienen que unirse por lo menos en cuestiones básicas. Por eso la apertura hacia Argentina, a Neuquén, a San Martín de los Andes, la zona del puelmapu, me parece absolutamente necesaria. De alguna manera los mapuche argentinos y chilenos se saben hermanos".

-Volviendo a Neruda: ¿qué reflexión te provoca el hecho de que el próximo año se celebre el centenario de Neruda, y los intentos por sacarle la faceta militante al Premio Nobel?

"Yo creo que el Partido Comunista de Chile está en su legítimo derecho de celebrar el centenario de Neruda porque fue su poeta. Por extensión, por su obra, por sus poemas es el poeta nacional y ese título ya no se lo quita nadie. Es el poeta emblemático, que es la carta de presentación en todo el mundo y ese poeta pertenece al Partido Comunista de Chile del punto de vista político, porque fue militante durante gran parte de su vida y porque mucho de lo que escribió tiene que ver con el Partido Comunista de Chile. Creo que se le hace un flaco favor a la obra negándole esa faceta, esa vinculación, y privilegiando al poeta diletante, sibarita, viajero o coleccionista. Ese poeta light con el cual es posible hacer miles de libros de living, de lujo. Hoy Neruda reclama de su gente, de sus herederos, el que de una vez por todas llegue al pueblo como poeta. Esas ediciones del Neruda popular, que llegaba gratuitamente a las poblaciones, a la casa del vecino, a la casa del poblador. Ese Neruda tiene que ser reivindicado con seriedad, con mucha fuerza. Hay que rescatar al verdadero Neruda, de lo contrario el muerto va a seguir penando. Porque Neruda está muerto, pero no como poeta: su poesía reclama lectores. Nadie lee a Neruda, todos le rinden pleitesía pero nadie lee a Neruda. Hace falta el compromiso de los herederos de Neruda, del Partido Comunista de Chile, de los poetas de Chile, de hacer que sea realmente un poeta popular, un poeta que establezca una interlocución con el pueblo, con la gente común y corriente, la gente para la cual él escribió aun en sus situaciones más complejas y difíciles. Es necesario hacerlo, hay que celebrar a Neruda a nivel popular, tiene que volver a sus raíces, sa carlo de ese sitial de oso pequeño burgués y este centenario tiene que ser el motivo para sacarlo de esta situación. Neruda disfrutó de la vida pero también escribió una obra notable que tiene que ver con los intereses de los más desposeídos y eso no se da a conocer, no se privilegia".

-Por último, gran parte del país ha recibido con mucho dolor pero también con un gran reconocimiento a su labor la noticia de la enfermedad de Gladys Marín. ¿Cuáles son las palabras que te nacen respecto de Gladys?

"Ella representa toda esta necesidad de decirle ‘no' a un sistema avasallante. Yo lamento mucho que ella esté pasando por un problema médico que yo puedo entender, porque yo también lo viví. Espero que ella pueda seguir diciéndole ‘no’ con su lenguaje, con su modo, al sistema que está coartando muchas posibilidades de creación. Ojalá esté pronto de vuelta en Chile".

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