El yacimiento se encontraba en una casa de familia
Salta, 24 de noviembre de 2003.

Hallazgo arqueológico en Villa Floresta

Las urnas funerarias tendrían entre 1.500 y 2.000 años. En el museo de Antropología se harán estudios.


El fondo de la casa de la familia Montero, en el barrio Floresta, en la zona Este de la ciudad, resultó ser un verdadero yacimiento arqueológico. El hallazgo fortuito de un pedazo de cerámica cuando se comenzaba una construcción en el terreno, permitió el descubrimiento que salió a la luz entre jueves y viernes gracias al trabajo de un grupo de arqueólogos.

En el lugar fueron encontradas tres urnas funerarias de niños, aunque los arqueólogos estiman que podrían encontrarse más elementos de importancia. Las piezas que se encontraron hasta ahora son de gran valor y en el pasaje Socompa al 1750 podría haber un yacimiento de singular relevancia científica.

Las urnas se encuentran llenas de tierra compacta en su interior, pero podrían contener huesos y dientes, además de metales, semillas u otros elementos propios de un enterramiento. Esto se sabrá cuando se extraiga la tierra de los recipientes en un cuidadoso trabajo de laboratorio en el Museo de Antropología de Salta.

Aunque todavía no se realizó un estudio profundo sobre la cerámica, se sabe por su forma y diseño que podrían tener entre 1500 y 2000 años de antigüedad. Esto significa que podrían pertenecer a los primeros grupos sedentarios que dominaron la alfarería y domesticaron animales y plantas en Salta.

La primera de las urnas apareció hace una semana cuando los dueños de casa hacían arreglos en la parte trasera. Marcelo Montero cavaba con su esposa e hijos cuando encotró un pedazo de cerámica de color terroso. En las próximas paladas aparecieron fragmentos más grandes y los Montero detuvieron el trabajo para llamar al Museo de Antropología.

Al otro día Chiristian Vitry, arqueólogo del museo, llegó a Villa Floresta para examinar los restos encontrados y al darse cuenta de sus características, pidió el permiso de la familia para realizar una excavación arqueológica en el patio trasero. Lo que encontraron los Montero era la primera de las tres urnas que aparecieron hasta ahora.
 

El trabajo

Los trabajos comenzaron el martes con la delimitación de la zona para realizar el estudio y el inicio de la excavación. Ese día se trasladó al museo la urna rota que encontró la familia para su estudio.

El miércoles, cuando se habían excavado los primeros diez centímetros, surgieron los bordes de otras dos urnas de mayor tamaño. Un día después, los especialistas seguían trabajando para sacarlas intactas y llevarlas al laboratorio del museo.

En la excavación también se encontró un pozo de basura que podría tener unos 30 años de antigûedad. El pozo, que estaba a sólo 20 centímetros de una de las urnas, habría sido cavado por una familia que vivía en el lugar para arrojar la basura, ya que el servicio de recolección recién llegó a la zona hace un año.

De allí se extrajeron objetos de plástico y un esmalte de uñas entre otros elementos. Los Montero viven en el lugar hace cinco años y empezaron a cavar hace quince días para nivelar la parte trasera de su casa y tener un espacio al aire libre. Villa Floresta se encuentra sobre terrenos que son parte del cerro y esta casa tiene profundos desniveles en su fondo.

Al laboratotio

Según Christian Vitry lo más importante en estos casos es el estudio del terreno. "Los datos más importantes están en el contexto, en la ubicación de las piezas, la distancia entre ellas, los materiales que se encuentran alrededor y las condiciones del suelo" .

Cuando se termine con el trabajo en Villa Floresta se realizará un estudio de los objetos rescatados en el laboratorio del museo. Allí se hará una microexcavación con pinceles y estacas hacia en interior de las urnas. Se buscarán restos humanos, semillas, granos de polen o metales. Cualquiera de estos restos podría proporcionar datos de gran importancia sobre la forma de vida de las culturas del Norte.

Vitry explicó que es posible que existan huesos dentro de los recipientes funerarios aunque no es lo más seguro porque los restos óseos de los niños pequeños se desintegran más rápidamente. Tienen una consistencia más frágil que los de adultos, por eso no es seguro que existan después de tantos años. Es más probable encontrar dientes porque son más duros.

También se sacarán de las urnas otros materiales orgánicos, como carbón, que podrían servir para realizar una datación exacta. Esto podría hacerse con el método carbono catorce, pero es un estudio costoso y se hace en Buenos Aires o en el exterior.

Trabajan en el operativo además de Cristian Vitry, Pedro Santillán, personal técnico del Museo de Antropología y Silvia Soria, arqueóloga de la UNSa.
 
 

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