La Organización mapuche Aukiñ Wallmapu Ngulam

Por José A. Mariman 
Denver, U.S.A. Abril 1995

 
 
Entre las organizaciones mapuche más polémicas de los últimos años se encuentra Aukiñ Wallmapu Ngulam(1) o Consejo de Todas las Tierras. Sus "recuperaciones" de tierra fallidas (1991) y ocupaciones "simbólicas" (1992) han despertado todo tipo de reacciones en la sociedad chilena y mapuche, haciendo prácticamente imposible no tener opinión frente a AWNg.
Las posiciones en que se sitúan tanto partidarios como detractores de Aukiñ Wallmapu Ngulam, se ubican de ordinario en forma bipolar. En otras palabras, a AWNg se le quiere o se le odia sin que pareciera haber términos medios. Estas reacciones frente a AWNg a menudo soslayan, en mi opinión, un pronunciamiento más profundo sobre el.
Es por esta constatación, que me ha parecido pertinente intentar una explicación de su existencia, en el contexto de la situación política chilena de los últimos años. El propósito del presente artículo es entonces, hacer una lectura al surgimiento de AWNg, así como a sus proposiciones fundamentales. Tengo la convicción de que ello puede resultar beneficioso al movimiento mapuche, destinatario de esta reflexión política.
La tesis que guía el documento, es mi presunción de que la existencia de AWNg, es una expresión más de la intervención de los partidos políticos chilenos (estado-nacionales) en la sociedad mapuche. En este sentido, AWNg no difiere sustancialmente de las otras organizaciones mapuche existentes.

 
 

1. El surgimiento de Aukiñ Wallmapu Ngulam

1. 1. El contexto político de lo '80 y su incidencia en la sociedad mapuche.
Los antecedentes de AWNg se remontan a la emergencia de los partidos políticos en Admapu(2). En particular el año 1983 resulta clave para entender su existencia. Ese año termina el repliegue de la sociedad civil ante la dictadura militar, y se produce una agudización de la lucha política al interior de la sociedad chilena. La consecuencia de ese echo será la irrupción de los partidos políticos, antes clandestinos(3), en el escenario político-social chileno.
En lo que atañe a los mapuche, el año 1983 se produce un aumento en la militancia y en la acción política de los partidos operando implícitamente en Admapu. De este modo, las elecciones para la nueva directiva nacional Admapu 1983 resultaron profundamente políticas. Los socios votaron sus preferencias sin preocuparse tanto de las cualidades de un líder, como de hacerlo contra el que representaba a una fuerza política distinta a sus simpatías. La elección de la directiva nacional Admapu 1983 marca el fin de la hegemonía gremialista(4), así como la irrupción plena de la izquierda en el control de la organización. Más aún, la elección de 1983 marca el término de la autogestión direccional mapuche y la consolidación de la dependencia política.
Otro elemento que ayuda a explicar la politización de Admapu, fue la inexistencia de negociación entre el gobierno militar y el movimiento mapuche. Este elemento conformó un ingrediente a favor del acrecentamiento de la intervención política al interior de Admapu. El gobierno militar, sabedor de un poder sin contrapeso, se limitó a cumplir implacablemente su ley de división de tierras reduccionales. Ante ello Admapu sólo pudo articular una defensa inconsistente, dado que los campesinos mapuche finalmente aceptaron la división. Admapu quedo como una representación divorciada de la sociedad mapuche y alienada de la realidad(5).
La intervención política en Admapu tuvo por efecto la radicalización e ideologización del discurso reivindicativo. A partir de 1983 el discurso reivindicativo ya no expresará satisfacción en demandar el fin del proceso de división de tierras, sino ira más lejos, exigirá el fin de la dictadura. Sectores de campesinos mapuche que estuvieron dispuestos a participar en una movilización anti ley como un problema que concernía a todos los mapuche, vieron entonces con recelo la participación de la organización en una movilización anti dictadura. Un gran número de socios terminaron marginándose, dado que aquel era un problema atingente a los políticos. De esta forma y en adelante el camino para el reinado de los partidos quedo libre.
Finalmente, la búsqueda de aliados con quienes sumar fuerzas para hacer posible terminar con la dictadura, llevó a las conferencias de Admapu a diseñar una política de alianzas en que las afinidades ideológicas partidistas harán sentir su peso. De esta forma se facilitó el camino del fraccionalismo para los que quedaban desconformes, y consecuente con él, la consiguiente atomización de la organización.
Hacia fines de 1984 Admapu quedó convertido en un referente exclusivamente de izquierda, y donde la hegemonía estaba en manos del Partido Comunista, seguido del Partido Socialista --Almeyda-- y del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Las direcciones posteriores a 1983 expresaron más allá del juego electoral interno, el cuoteo entre estos partidos estado nacionales de izquierda, y su acumulación de fuerza propia al interior del movimiento mapuche y la sociedad mapuche.

 
 
1. 2. La presencia socialista en Admapu(6)
La reconstrucción del Partido Socialista --Almeyda-- en la región mapuche se hizo a partir de marzo de 1983. Los socialistas, dispersos desde la creación de los Centros Culturales en 1978, comenzaron a buscar su representación en la directiva de Admapu. Su primera incursión en vías de conseguir una representación para su partido no fue satisfactoria. Debilitados no sólo por un reagrupamiento tardío, sino también por la carencia de militantes y cuadros dirigentes, no podían disputar un espacio con algún grado de éxito a personalidades que venían haciendo su camino desde los inicios del ciclo movilizatorio anti-ley.
Será el año 1985 cuando el proceso de reconstitución socialista concluye. Con el control sobre el trabajo cultural de Admapu (grupo de teatro), presencia en una ONG mapuche (Sociedad Nehuen), entre los estudiantes universitarios mapuche (grupo Pelquitun), profesionales (Asociación de Profesionales mapuche), residentes mapuche urbanos (Santiago, Concepción y Osorno) y reducciones campesinas mapuche a lo largo del territorio mapuche, el Partido Socialista --Dirección Colectiva(7)-- se constituye en una agrupación política capaz de disputar la hegemonía al Partido Comunista al interior de Admapu.
Como corolario de dicho momento, el liderato de masas surge en la figura de Aucan Huilcaman. Este, luego de ser militante de las Juventudes Comunistas, pasa a comienzos del 1985 a ser militante socialista convirtiéndose en su abanderado. La elección de directiva nacional Admapu 1985 vió llegar a los socialistas a la cúpula de Admapu encabezados por Aucan Huilcaman(8).
Pero el éxito del Partido Socialista(DC) puede ser entendido como una victoria a lo Pirro (no llegaría a disfrutarla). Sujeto a crisis permanente en su relación con la militancia mapuche, el PS(DC) nunca pudo resolver la forma de incertarlos en la vida política interna. Desde su incorporación los mapuche impugnaron las estructuras a las que se los encomendó. Primero, ser apéndice del departamento nacional campesino, consiguiendo constituir un departamento mapuche; segundo, la idea de departamento, cuando administraban un contingente numerosos de militantes que acreditaba la creación de un frente mapuche -que no lograron- ; y cuando se creó una dirección política para la IX Región, no estuvieron dispuestos a que sus militantes fueran empleados en ella, demandando una dirección propia.
Todas las manifestaciones anteriores --sumadas a un debilitamiento estructural del PS originado en su vocación a los conflictos internos(9)-- contribuyeron a que el lazo identitario de los socialistas mapuche con su orgánica no fuera tan fuerte (como ocurre de ordinario en los militantes comunistas). La percepción de que su dirección no entendía ni orgánica, ni política, ni ideológicamente el problema mapuche, fueron sistematizando un sentimiento y una reflexión acerca de la situación del mapuche al interior del PS(DC) que en algunos casos no escabullía la idea de constituir un partido mapuche a futuro.
Producto del sentimiento anterior, el primer sigma importante en este grupo de socialistas mapuche, se produciría en la elección de directiva nacional Admapu 1987. En esa oportunidad el diseño táctico de enfrentamiento del evento elaborado en situ, privilegiaba una contienda directa con el Partido Comunista en la disputa del liderazgo sobre la organización. Sin embargo, y a último momento, la dirección central del PS(DC) intervino para imponer una negociación con su entonces aliado y por consiguiente un resultado por cuoteo.
Un tercio de la militancia socialista mapuche rompió en el acto su relación política con dicho partido, y luego de denunciar publicamente el procedimiento, fundo una nueva organización que pasaría a ser conocida como: Callfulican(10). Los restantes, sin necesariamente compartir a cabalidad el procedimiento y la argumentación de su dirección, permanecerían en las filas del PS(DC) y trabajarían por la nueva dirección nacional de Admapu (1987), que por segunda vez lucía la presencia socialista y la de Aucan Huilcaman(11).

 
 
1. 3. La figura del líder.
La crisis de los socialistas mapuche de 1987 pavimento el camino para el liderazgo de representación de Aucan Huilcaman. En efecto, entre los mapuche que hicieron abandono del PS(DC), se encontraban personalidades que lo impugnaban y competían en disputarle la representación pública con que la dirección del PS (DC) le favoreció(12). Al aceptar el mandato de la dirección, los dos tercios restantes de los socialistas mapuche permitieron que se consumará una separación tajante entre la voluntad de la base y la decisión de la cima.
Una segunda escisión, esta vez más selectiva, le dejaría abiertas las puertas al control político de la estructura mapuche. Con la renuncia de cuatro miembros del comité central y la automarginación del comité regional más importante de Santiago, una nueva crisis sacudió al PS(DC) en 1988. Sus efectos se harían sentir de inmediato en la región mapuche. Dos de los renunciados eran los dirigentes que ejercían el control y la fiscalización del trabajo político en la zona(13).

Es en este cuadro donde se dan las condiciones para el perfilamiento de Aucan Huilcaman como líder absoluto de los socialistas mapuche. De allí vendrá su legitimidad definitiva frente al grupo que actualmente representa. Colocado en la disyuntiva de elegir entre dar un salto hacia autodeterminarse con la estructura mapuche -según se venía discutiendo en su interior- o de cerrar filas con el partido, opto por lo segundo, convirtiéndose en el mandatario del ahora Partido Socialista --Comandante(14).

Desde allí, al rompimiento con Admapu en 1989 y la fundación de AWNg en 1990 habrá una trayectoria de obediencia a la política del PS(C) de parte de Aucan Huilcaman, que sólo se interrumpió cuando éste desapareció del escenario político nacional(15). La política del PS(C) en ese año enfatizaba el llamado a los chilenos a no votar en el plebiscito de Pinochet, toda vez que se lo suponía viciado y fraudulento.
Esta política, defendida apasionadamente en la Conferencia de Admapu 1988, es la que conducirá al rompimiento de la alianza Partido Comunista Partido Socialista(C) al interior de Admapu. Los comunistas comienzan tímidamente en 1987 y a plenitud en 1988 a virar su estrategia de Rebelión Popular por una de participación en el proceso electoral ; mientras los segundos afirman su intención de sabotear el acto electoral tras su proclama: La mitad del pueblo votando, la mitad del pueblo luchando .
Dos consignas, opuestas irreconciliablemente, darán cuenta del nuevo quiebre de Admapu. El divorcio se consumará una vez ocurrida la elección presidencial y parlamentaria de 1989. Entre fines de diciembre del 1989 y marzo de 1990, los automarginados/expulsados de Admapu discuten su suerte e irrumpen en la escena política regional y nacional, bajo la formula de Aukiñ Wallmapu Ngulam. Aucan Huilcaman, ahora líder indiscutible de una organización mapuche, fue presentado a la opinión pública como werken (16) de un consejo de autoridades tradicionales.

 
 
1. 4. La irrupción de Aukiñ Wallmapu Ngulam
... nos hemos lanzado a construir una fuerza propia, nos hemos estructurado, hemos dado un vuelco, le hemos dado una personalidad, hemos configurado un pensamiento ideológico basado en nuestra filosofía y en nuestra cultura. Y también en el conocimiento de la sociedad chilena y en todo lo que podamos aprender del mundo y de las luchas que dan nuestros pueblos(17).
Con estas palabras se expresó Aucan Huilcaman de su organización durante los primeros días de estreno. Para hacer la diferencia con el resto insistirá majaderamente que: "... nuestra organización tradicional es amplia y de genuina representatividad, que nace de lo más profundo de la conciencia mapuche y nos hacemos representar por nuestras autoridades originarias, siendo ellos portavoces directos de las necesidades y dolor de nuestro pueblo(18)."
¿Cómo es posible entender la conversión de un defensor hasta último momento de un partido estado nacional y su política, a un defensor ultranza de la tradición mapuche? Una pregunta como ésta puede dar lugar a numerosas conjeturas. Yo he optado por dos ensayos de explicación. En primer lugar, el fin de su militancia política -sea por la extinción del PS(C) o bien trátese de un rompimiento motivado por su debilidad como referente político- le permitirá a Aucan Huilcaman afirmar su independencia política y posteriormente un discurso anti-partido:
Alguna gente tuvo relación con ese partido, pero desde que nos constituimos como Consejo de Todas las Tierras, ese es un hecho que paso a la historia. Puedo asegurar, responsablemente, que no tenemos relación alguna con ningún partido. Estamos trabajando por nuestras propias Decisiones(19).

Los partidos políticos, en su mayoría, han jugado un papel neutralizante para nuestro accionar(20).

Sin embargo, esta postura del líder arrastra complicaciones, toda vez que supone romper la paternidad político ideológica que ejerció el PS(C) en él. La renuncia a las categorías analíticas de antaño(21) lo inducirán a reemplazarlas por un fundamentalismo agresivo, que esconde de algún modo una carencia política capital: que tanto AWNg como el resto del movimiento mapuche han salido debilitados del período anterior y no tienen política para enfrentar el nuevo escenario político chileno.
Esta orfandad ideativa hará tener a AWNg una política zigzagueante que se expresará en los contradictorios planteamiento reivindicativos de: "gobierno paralelo", "co gobierno", "nueva ley", "autonomía mapuche" y "territorio del Bío bío al sur". Así también como un cuestionamiento a la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI)(22) y su proyecto de nueva ley indígena, para terminar reconociendo finalmente que "no es tan mala(23)." Finalmente, Aucan Huilcaman intento lanzar su candidatura a diputado, cuando había manifestado con anterioridad estar contra eso. En resumen, sus nuevas ideas resultan funcionales al espíritu de hacer política sin preocuparse demasiado de profundizar en cuestiones programáticas.
Una segunda explicación, complementaria de la anterior, nos refiere a las nuevas influencias en el pensamiento de Aucan Huilcaman. He dicho anteriormente que había -aunque a niveles germinales- una reflexión al interior de la estructura mapuche del PS(DC) dirigida a explicarse o caracterizar la situación de dominación que afecta al pueblo mapuche. Aucan Huilcaman bebió de ella, pero su posición ventajosa de directivo nacional de Admapu a partir de 1985 le permitirá hacerse paulatinamente un espacio en la sociedad indígena internacional, que le abrió un horizonte mental nuevo vinculado a las posiciones indianistas que se ventilan en el grupo de trabajo de Ginebra, Suiza. "...ya empezamos a hablar un lenguaje común...(24)." Serán estas influencias las que se expresarán en el nuevo discurso del líder de AWNg.

 
 

2. El discurso de Aukiñ Wallmapu Ngulam

Para ser justos, es necesario reconocer de entrada que los elementos con que cuento para realizar una lectura de las proposiciones fundamentales de AWNg son limitados. Afirmo esto, en primer lugar, porque no es fácil acceder a su documentación, presentándose la paradoja de que sus publicaciones tienen más difusión en el extranjero que en la región mapuche. También, y en el mismo sentido, es más fácil para un extranjero o chileno obtener dicha información, que para un mapuche, dado las rivalidades de representatividad entre mapuche.
Lo anterior me lleva a advertir que mi opinión se ha elaborado sobre la base de información periodística. Por lo mismo, no atribuyo a esta redacción ningún valor absoluto, sino más bien un carácter conjetural, el cual con nuevas y más abundantes informaciones podría sufrir modificaciones.

 
 

2. 1. Las proposiciones políticas

Si bien AWNg con lleva un avance respecto a otras organizaciones mapuche, en el sentido de romper su calidad de sucursal de un partido político; este elemento por sí sólo no dice mucho, dado que los socialistas escindidos de Admapu en 1987 --fundadores de Callfulican-- mantuvieron todos estos años su independencia. Será su intento de cuestionar la relación de dominación estado nación/pueblo mapuche lo que le imprimirá notoriedad a su existencia, toda vez que las restantes organizaciones se han limitado a criticar solamente las consecuencias económicas de la incorporación.
Pero, como ya he dicho, este cuestionamiento político ideológico --en el terreno exclusivamente político-- resulta altamente contradictorio. La elaboración prepositiva de AWNg sugiere diversas formulas políticas que no tienen necesariamente correspondencia. Así, cuando se habla de "co gobierno," "autonomía mapuche," "gobierno paralelo," finalmente se termina sin comprender realmente lo que desean.
Un "co gobierno" sugiere la idea de "compartición del poder político, económico y administrativo, como una forma de garantizar el equilibrio, el desarrollo y la relación de ambas sociedades(25)," la chilena y la mapuche. Una "autonomía mapuche" en cambio, expresaría la idea de que "las leyes que se aprueben para la sociedad no mapuche no pueden ser válidas para los pueblos que no tienen la misma cultura(26)," o sea, leyes propias a cada sociedad componente del estado nación, o leyes distintas a ambas sociedades. Finalmente, un "gobierno paralelo", la idea de una autoridad política para los chilenos y una autoridad política para los mapuche, con plena jurisdicción sobre cada sociedad. Todas éstas opciones, en el marco de un territorio mapuche reivindicado desde "el Bío Bío al sur."
Como se observa, la primera y la última proposición se acercan en cuanto sugieren un poder dual sui generis en el territorio mapuche, pero se distancian en el énfasis a la compartición de un lado (gobernar juntos) y la separación en el otro; la autonomía en cambio serían leyes particulares para la sociedad mapuche. Lo que extraña en el marco de éstas proposiciones es que Aukiñ Wallmapu Ngulam no renuncia a la tradicional solución del "problema mapuche" por "ley indígena." Así, si bien crítica los intentos del gobierno por formular una nueva "ley indígena," dado que "el proyecto final no fue conocido por el pueblo mapuche," y "serán finalmente los senadores los que determinen el destino mapuche," cuando "para nosotros participar es compartir poder(27)," el mismo propone un texto alternativo(28).
Otro aspecto político novedoso en AWNg es la reclamación que hace de la tradición, para formular una estructura organizacional de nuevo tipo que difiera de las que existen. Nuestra organización dirá Aucan Huilcaman: "recoge la forma histórica de organización mapuche. O sea, el modo de relación. Esto no es un sindicato ni una organización gremial. Aquí no nos hemos adaptado, pero en ninguna forma, a lo que el Estado chileno quiere como organización mapuche(29)."
Me pregunto en este caso ¿a qué se alude con forma histórica de organización? o más preciso aún ¿qué pasado organizacional reivindica AWNg? Pienso que no pueden estar hablando de la historia de los últimos cien años de incorporación, pues la organización surgida de allí es consecuencia de un acto de dominación y subyugación política, de expropiación y arreduccionamiento, que no guarda continuidad histórica con el período inmediatamente anterior:
Podemos partir afirmando que las comunidades mapuche no tienen hoy una estructura de poder claramente definidas; tampoco existen en ellas las autoridades tradicionales generalmente reconocidas. Como ya lo hemos explicado detalladamente en la introducción, éste hecho debe ser considerado como la consecuencia directa de la introducción arbitraria del sistema de reducciones. Los jefes en cuyo nombre se otorgaron los títulos de Merced, se mantuvieron en su posición, en la mayoría de los casos, aunque con autoridad limitada; pero después de su muerte el oficio en muchos casos quedó vacante, es Decir, no fue heredado por el descendiente que correspondía. En los casos cuando el hijo u otro pariente heredaba el oficio, siempre fue reconocido por los miembros de la reducción como "cacique heredero", siendo el título de cacique reservado para el Jefe nombrado en el título de Merced. En todos los casos, por lo menos en la zona que hablamos, la autoridad del Jefe, si es que existe, está estrictamente limitada a las situaciones rituales; más específicamente se hace aparente sólo en el contexto del "nguillatún(30)."(31)
Tampoco ha de tratarse del cacicato de los siglos XVIII XIX, época de esplendor mapuche, puesto que éste evolucionó para hacerse hereditario y altamente centralizado en cuanto al poder:
Desde la segunda mitad del siglo XVIII, la sociedad mapuche estaba pariendo una nueva forma de sociedad; se daba una contradicción permanente y no resuelta entre la actividad ganadera y comercial, y las formas de organización social antiguas y tradicionales. A consecuencia de esto en quinto lugar comenzó a darse una marcada división social entre caciques (loncos) y guerreros (lanzas, conas). El cona surge como caporal de los ganados (cuidador, vaquerizo, etc.), y a la vez guerrero para defenderlo y maloquear (...) a los vecinos. Ya no es el cazador el que se convierte en hábil guerrero, sino el jinete vaquero de grandes piños de ganado que se transforma en "lanza" (...). En sexto lugar, comenzó a producirse una alta concentración de los ganados y conas, luchándose por el control de los pastos (territorios amplios de talaje). Unos pocos caciques fueron adquiriendo mayor influencia y mayor riqueza acumulada. En séptimo lugar, como consecuencia de lo anterior, se fortalecieron las alianzas entre los loncos, provocándose verdaderas formas germinales de centralismo político...(32).
El cacicato marco un hito, pero fue destruido por la fuerza de la conquista. Su existencia era incompatible con las pretensiones asimiladoras del estado chileno. Como institución fue desarticulada.
Finalmente, no me atrevo a ir más atrás en el tiempo pues me resulta oscuro. Lo único, respecto a la historia mapuche que se presenta relativamente claro, es que la historia mapuche cambio con la irrupción de los europeos así como tiene que haber sido impactada por los contactos con el Imperio Inca. En otras palabras, no hay una historia mapuche en el sentido lineal, con estructuras que se preservan en el tiempo; sino varias. La sociedad mapuche ha tenido por mérito, en lo estructural, una gran capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, sin dejar de ser mapuche. ¿Qué historia reivindica AWNg?
Cierro el punto llamando la atención sobre un último aspecto percibido por la prensa que a cubierto las actividades del AWNg, esto es, el realce de la figura del werken Aucan Huilcaman en relación a las autoridades tradicionales: longkos .(33). Expresiones como: "Fundador de la organización mapuche Aukiñ Wallmapu Ngulan" (Página Abierta), "líder del grupo indígena que ésta protagonizando las tomas" (Qué Pasa), "joven locuaz, que no le teme a la televisión" (Ercilla), "máximo líder de ésta organización mapuche" (Diario Austral), nos alertan sobre una probable inversión de roles de poder en el Aukiñ Wallmapu Ngulam. De otra forma, en esta "tradicional organización mapuche" el poder real está en manos del werken y no de los longkos (34).

 
 
2. 2. El argumento de la tradición
Pero el punto de la organización no es el único en que se expresa el fundamentalismo que caracteriza ideológicamente a AWNg. También ésta el argumento de la "cosmovisión mapuche" en oposición a la chilena occidental. Expresiones como: "nos caracterizamos por ser un pueblo unido en el trabajo comunitario(35)," "cuando se destruye la naturaleza, simultáneamente se destruye el alma de nuestro pueblo(36)," vindican a un mapuche idílico que no existe. Ni el trabajo comunitario ni el mapuche ecológico son una realidad. En el primer caso, dejemos que sea Stuchlik quien nos lo aclare:
La forma concreta de la producción, esto es, existencia de grupos familiares como unidades prácticamente autónomas, junto con el carácter de economía de subsistencia tiene consecuencia y repercusiones fundamentales para todo el sistema sociocultural mapuche. El hecho de que la familia no dependa de la colaboración de un grupo más amplio significa que la sobrevivencia está calculada en términos de la familia: la integración o cohesión del grupo amplio tiene poco valor, tanto desde el punto de vista de la organización de la producción como desde el punto de vista social. La colaboración que el individuo o la familia necesita está garantizada no por la existencia del grupo, sino por la existencia de lazos de parentesco y de amistad individual: El grupo amplio (comunidad o reducción) es consecuentemente muy poco organizado en lo que se refiere a la definición de obligaciones mutuas y de distribución de autoridad...(37).
Y para el segundo resulta altamente ilustrativa una lamentable anécdota de Vicente Pérez Rosales cuando era Director de colonización en Valdivia:
En mi tránsito ofrecí a Pichi Juan treinta pagas, que eran entonces treinta pesos fuertes, porque incendiase los bosques que mediaba entre Chanchán y la cordillera, y me volví a Valdivia a calmar el descontento que ya comenzaba a apoderarse de los inmigrados, los cuales no sabían que hacer de sus personas en el provisional alojamiento donde, por falta de terrenos, los había yo dejado.
Hace ya tres meses que el disco de este astro, siempre puro allí cuando se deja ver, aparecía empañado. Pichi Juan había dado, desde entonces, principio a la tarea de incendiar las selvas que ocupaban gran parte del valle central al SE. de Osorno. El fuego, que prendió en varios puntos del bosque al mismo tiempo el incansable Pichi Juan, tomo cuerpo con tan inesperada rapidez, que el pobre indio sitiado por las llamas, sólo debió su salvación al asilo que encontró en un carcomido Coigüe, en cuyas raices húmedas y deshechas pudo cavar una peligrosa fosa. Esa espantable hoguera, cuyos fuego no pudieron contener ni la verdura de los árboles ni sus siempre sombrías y empapadas bases, ni las lluvias torrentosas y casi diarias que caían sobre ella, había prolongado durante tres meses su devastadora tarea, y el humo que despedía, empujado por los vientos del sur, era la causa del sol empañado, al cual durante la mayor parte de ese tiempo se pudo mirar en Valdivia con la vista desnuda(38).
También resultan ilustrativos de éste pensamiento las expresiones "tenemos un sistema de educación propio que se contrapone al Estado(39)." Y en relación a la constitución de un tribunal mapuche: "compuesto por autoridades originarias quienes conocen las normas políticas, religiosas, morales y filosóficas de nuestra sociedad mapuche(40)." Es efectivo que en tanto sociedad independiente el pueblo mapuche tuvo mecanismos para instruir a sus jóvenes, pero obviamente no institucionalizados como la escuela winka.
Esos mecanismos continuan operando en la actualidad relegados a un plano de marginalidad e informalidad. Ellos son los que permiten que las madres transmitan a sus hijos, la lengua, la cultura. Pero no se puede atribuirles una acción al estilo de las escuelas chilenas con contenidos convencionales homogenizantes. La demanda por educación bilingüe intercultural del movimiento mapuche desde prácticamente medio siglo tiene raices en ésto. En otras palabras, esa demanda expresa un despertar por cuanto la educación bilingüe-intercultural sistemática es una buena formula para preservar lo propio y que con el colapso de la sociedad mapuche campesina se esta perdiendo aceleradamente.
De igual forma, en jurisprudencia los mapuches tuvieron una idea de justicia. Ella se habría expresado en una especie de códice oral: el ad-mapu; pero de ningún modo instituciones a imagen y semejanza de las instituciones jurídicas chilenas (tribunal). Entiendo a AWNg en su legitimo deseo de "mostrar la contradicción que existe entre ley y el derecho" dado que "Por ley nos niegan, nos despojan y han usurpado nuestras tierras que por derecho nos corresponde(41)." Pero de ningún modo comparto su transpolación mecánica de una institución estado nacional para disfrazarnosla como mapuche.
Este tipo de alusiones al pasado son las que me llevan a afirmar que se trata de reconstrucciones míticas, y en consecuencia equivocadas. El fundamentalismo de AWNg no es una defensa de lo verdadero, sino una idea del pasado que se construye sobre el pasado en el discurso de sus dirigentes. Al hacerme responsable de esta opinión, lo hago consciente que del pasado sólo hay lecturas hechas por los historiadores. Lecturas que serán más/menos creíbles dependiendo de la rigurosidad del método con que se logran esas imágenes. En el caso de AWNg esta visto que no existe esa rigurosidad, sino más bien, una manipulación flagrante del pasado.
Es esto, lo que impulsa a AWNg a la defensa ultranza de la "comunidad," sin detenerse a pensar que las reducciones mapuches actuales --y por tanto la cultura y sociedad mapuche campesina actual-- a las cuales se identifica como "comunidades," son el producto del arreduccionamiento hecho por el estado chileno cuando incorporó a los mapuche a fines del siglo pasado. La comunidad mapuche actual no es una expresión de organización social productiva generada libre y expontáneamente por la sociedad mapuche. Ella es, ante todo, el resultado de poner a los "indios" en un símil a campos de concentración, en espera de una propuesta de asimilación mejor elaborada y que finalmente el estado nunca produjo.
Su fidelidad, más/menos, a estas representaciones del pasado, son las que motivan mi opinión de manipuladores. En alguna medida, esta actitud frente a la propia historia recuerda el integrismo Chiita en Irán, que no se hace problemas para portar retratos del Ayatola Khomeine cuando la reproducción del cuerpo humano se encuentra prohibida por el Coran.
AWNg busca, a través de la reivindicación del pasado en los términos que he señalado, una legitimidad como organización representativa del pueblo mapuche. Pero la legitimidad no se encuentra necesariamente, por la recreación del pasado, sino y ante todo, por la capacidad de crear un futuro. Esta idea es fundamental en política. Bastemos echar mano a los slogan de las distintas fuerzas coaligadas aspirantes al poder en las elecciones presidenciales de 1993 para darnos cuenta: Para los nuevos tiempos (Concertación de Partidos por la Democracia), Chile quiere más, puede más (Pacto Unión y Progreso), A todo ritmo (Alternativa de Izquierda Democrática). Es Decir, en todos los casos, capacidad para remontarse al futuro.

 
 
2. 3. La praxis política
Lo que ha alcanzado más notoriedad de AWNg, son sus métodos de hacer política. Con una diplomacia muy reducida y una alta dosis de confrontación, las "recuperaciones" de tierras han sido en particular las acciones que los han llevado a la cima del ranking noticioso: "El proceso de recuperación de nuestras tierras no es una acción antojadiza, sino que busca salvaguardar nuestra existencia y futuro. Responde al estado de pobreza y usurpación permanente de nuestro último recurso que es la tierra(42)."
El impacto de las "recuperaciones" de tierra de 1991 no sólo provocaron el terror de los latifundistas, más allá de ellos sacudió al país en su conjunto. Las "recuperaciones" de tierra de 1991 trajeron a la memoria de los chilenos la década de los '70 y la ofensiva mapuche por reconquistar tierras expoliadas por los terratenientes. En el tope de la euforia triunfalista de AWNg, Aucan Huilcaman reiteraba: "la movilización continuará, hasta lograr la recuperación territorial del margen sur del Bío bío hacia el sur(43)."
Lo cierto es, y para hacer breve la historia, que entre Octubre del 1991 y la fecha de cierre de redacción de este documento, AWNg no ha recuperado un gramo de tierra a favor del pueblo mapuche. Es más, entre las acciones de "recuperación" de 1991 y las de Mayo de 1992 comienza a producirse un distanciamiento en la conceptualización de la acción, lo que me lleva a pensar que como táctica la "recuperación" comienza a ser desechada. En adelante se hablará de "recuperaciones simbólicas" o "ocupaciones simbólicas(44)."
Todo lo anterior resulta así un juego maquiavélico, porque se le hace creer al campesino mapuche que habrá "recuperaciones" y lo que hay finalmente son "ocupaciones simbólicas". En otras palabras, se juega con las esperanzas de los campesinos mapuche, el segmento de la población mapuche más empobrecido y desesperado: "...no hay que olvidar que cualquiera posición política, sea del color que sea, que les plantee a las comunidades indígenas la recuperación de la tierras usurpadas va a encontrar seguidores(45)."
Al obrar de esta forma Aucan Huilcaman es consciente que en el período anterior se han acumulado ciertas frustraciones, y que hay una urgente y creciente demanda mapuche por más tierra. A la vez, él sabe, que muchos mapuche y también chilenos piensan que en esta transición a la democracia no habrá la represión que caracterizó a la dictadura. Es probable, según esta lógica, que no los saquen por la fuerza de los predios ocupados. Por lo tanto, asegura una negociación con las autoridades y el latifundio en posición ventajosa.
En este cuadro --hipotético por cierto-- debe haber operado una transposición mecánica del período de la Unidad Popular. En aquel entonces la movilización mapuche fue eficaz, porque había un gobierno que permitía que se ocuparan tierras sin responder con la represión sobre los ocupantes. ¿Por qué la democracia habría de actuar distinta, más cuando en ella se representaban sectores altamente solidarios con la causa mapuche?
Aucan Huilcaman y Aukiñ Wallmapu Ngulam, se meten de esta forma, en una brecha abierta por la derrota de la dictadura militar en las elecciones y el nuevo período democrático que se habré. Para él y su organización el camino se presenta despejado, toda vez que las restantes organizaciones se enrolaron en la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) del gobierno, quedando maniatadas frente al poder. Las organizaciones vinculadas a la CEPI --hoy reemplazada por la Corporación nacional de Desarrollo Indígena (CONADI)-- han vivido su propia transición a la nueva situación política, terminando convertidas en el nuevo oficialismo.

 
 

3. Discusión y conclusiones.

3. 1. No todo lo que brilla es oro.
Contrario a la idea de originalidad y fidelidad al pasado con que el AWNg ha tratado de presentar su existencia al país, tengo la creencia que AWNg debe su existencia al rompimiento de la alianza Partido Comunista Partido Socialista(C) al interior de Admapu. De otra forma, su origen no se explica como argumenta su líder por un espontaneo renacer, florecer y reencarnamiento, de las más genuinas tradiciones y valores mapuche en un sector especifico del movimiento mapuche: su organización. Por el contrario, la historia parece mucho más simple y pragmática. Aucan Huilcaman y compañía rompe con Admapu porque estaba convencido que su partido estaba en la razón, cuando llamó a sabotear el proceso electoral que condujo a la formación del primer gobierno democrático post dictadura.
Según esto, la organización mapuche AWNg no tiene grandes diferencias desde el punto de vista de su origen, como de las categorías de análisis y praxis política que le subyacen, con las restantes organizaciones. Las peculiaridades parecen estar dadas en el plano de la política coyuntural y en un intento de búsqueda de un nuevo marco ideológico. Al respecto y como ya he dicho, las otras organizaciones han terminado dando paso a un nuevo oficialismo mapuche, encubierto tras la táctica política de favorecer los acuerdos ante todo y un esperar soluciones sin límite. El AWNg por el contrario, a mantenido una independencia respecto al gobierno y por ende, una actitud critica a la gestión gubernamental. Ello se explica en parte, en la ortodoxia ideológica del pasado y en la nueva ortodoxia indianista que han modelado y comienzan a modelar el carácter político de sus dirigentes.

 
 
3. 2. La contradicción vital de odiar lo que se quiere.
No creo apartarme demasiado de la realidad si conjeturo que Aucan Huilcaman, a través del AWNg, busca un espacio en la sociedad chilena al igual que el ya hecho en la sociedad internacional. No es casual que al mismo tiempo que él habla de Machis (46), Longkos y saberes tradicionales; viaje frecuentemente a Ginebra y otros lugares de Europa y Sudamérica, invierta en educación occidental, tecnología occidental (computadores, fotocopiadoras, fax), y postule a una diputación. En el caso de esto último resulta tanto más contradictorio cuando un documento de AWNg dice en uno de sus párrafos:
Las elecciones aparte de ser hechos relevantes de decisiones del futuro de un país son propias de sociedades en descomposición, de culturas rivalizadas, de sociedades estratificadas, que se disputan el poder para ejercer dominio e imponer concepciones e intereses de un grupo sobre otro de su mismo pueblo. Las elecciones mediante el voto competitivo son ajenas a la esencia cultural mapuche. Estas son empleadas institucionalmente en el caso mapuche con claro sentido manipulador y atomizante; han sido para convalidar el conjunto del sistema Estatal, del mismo modo que no reconoce la existencia física y cultural mapuche ni sus derechos.
Para luego agregar:
La nueva coyuntura eleccionaria que se avecina, es un hecho al margen de la voluntad de los mapuche que se impone con toda su fuerza jurídica represiva, expresado en la denominada "ley orgánica constitucional de los partidos políticos" que no tiene ninguna consideración especial sobre la realidad mapuche y su modalidad de participación. Los mapuche queremos revertir, denunciar los obstáculos que imposibilitan nuestra efectiva participación, levantando nuestra propia bandera de lucha mediante la representación de candidatos mapuche entiéndase Aucan Huilcaman que surjan de nuestra propia realidad, su presencia no será meramente física o biológica sino que estará fundada y sustentada por primera vez propiciando un proyecto político ideológico mapuche; el que desmantelará y distinguirá los factores que sustentan y promueven la opresión. Su presencia hará notar la dimensión política, social que puede alcanzar un verdadero movimiento autónomo...(47).
 
3. 3. La cultura fosilizada promovida por Aukiñ Wallmapu Ngulam.
La defensa de la tradición que hace AWNg me parece, en buena parte, más que una defensa de la tradición mapuche, una recuperación del mito del buen salvaje(48). En este sentido, el AWNg pretende presentarnos una idea que la sociedad dominante se hace de forma más o menos romántica de lo que es "lo mapuche."
... el prejuicio que opera en todos los aspectos de las relaciones sociales, reduce a la etnia colonizada a un anacronismo, un objeto de interés, quizá, académico o pintoresco, pero no --según la visión estereotipada-- como una cultura tan actualizada como la de la cultura dominante. En la imagen estereotipada, la etnia derrotada en un momento histórico no puede salir de este tiempo histórico sin dejar de ser "autentico." La etnia dominante reserva para sí el derecho a modernizarse y de definir lo que visualiza como "lo moderno(49)."
En correspondencia, los mitos fundamentales cultivados por AWNg no son en absoluto mapuche, sino mitos creados por la imaginación winka (50). Estos mitos resultan exportados de Europa. No son casuales entonces sus amplias coincidencias con los discursos de otros líderes indígenas internacionales.
A este indianismo --fantástico y agresivo-- practicado por AWNg y que a venido a suplir las categorías socialistas ortodoxas de antaño, poco le ha preocupado el mapuche real. Mejor aún, ha sido incapaz de descubrir en una masa tan heterogénea de expresiones --según nos lo revelan los resultados del censo de 1992-- a la sociedad mapuche actual. Hoy aproximadamente 3/4 partes de población mapuche viven en ciudades y no hablan su lengua, como resultado de la historia de incorporación en perspectivas de asimilación desarrollada por el Estado chileno. A AWNg le cuesta encontrar sus representantes en este universo, pues según el modelo de mapuche que ha tratado de imponer --campesino y vistiendo folk-- la mayoría no cumplen el requisito de ser "genuinamente mapuche."

 
 
3. 4. A manera de conclusión.
El proceso todo, tanto de la formación del líder como del surgimiento de la organización Aukiñ Wallmapu Ngulan, corresponde y resulta difícil de comprender sin el ingrediente dominio de los partidos políticos estato-nacionales en la actividad mapuche. Si bien, puede que hoy, ese dominio no se exprese con un canal de comunicación directo y evidente, no es menos cierto que las categorías usadas por ellos, así como sus estilos y prácticas de trabajo continuan delatándolos. Al cabo: "El inconsciente individual es un eco, una parcela, un producto, una manifestación del inconsciente colectivo(51)." El inconsciente colectivo de Aucan Huilcaman es el mismo de la mayoría de los dirigentes mapuche actuales, vale decir, un conjunto de creencias, valores y patrimonio espirituales que tienen su origen tanto en la cultura mapuche como en la chilena. Esto es particularmente válido en el caso de la política y la ideología.
¿Es que con Aucan Huilcaman y Aukiñ Wallmapu Ngulam se habré un nuevo ciclo de movilización mapuche? Definitivamente ¡No! Los cantos de sirena de AWNg que en principio lograron tener un impacto hacia la sociedad mapuche y en especial hacia su juventud, comienzan a desvanecerse y se me presentan insostenibles a mediano y largo plazo. Creo que es previsible el camino que desarrollará la organización en los próximos años. La curva de simpatías y adhesiones desarrollada por las organizaciones que le preceden --y que se originaron en diferentes momentos de ciclo movilizatorio anti ley indígena de la dictadura-- puede ser también la historia de ellos. Esto es, a su actual momento pick podría suceder la inercia de una larga agonía. La agonía de las organizaciones mapuche se explica en su incapacidad para hacer una lectura correcta del momento político y para generar propuestas cualitativas de solución al "problema mapuche."
 
Referencias  Notas