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Año LXXXVI -  - Nro. 31.063Sábado 9 de febrero de 2002
 

Reviven mortal incidente indígena

La diligencia judicial la encabezó la magistrada Gloria Sepúlveda, acompañada de dos actuarias y personal de Carabineros, Investigaciones y Gendarmería de Osorno.

Los asesinos y testigos de la tragedia más sangrienta entre indígenas, que se recuerde en la provincia de Osorno, en las últimas décadas, rodeados de un fuerte contingente de Carabineros, Investigaciones y Gendarmería, revivieron ayer, paso a paso y durante 7 horas, la brutal matanza de cinco personas ocurrida el 30 de enero, a raíz de una disputa por terrenos entre familias mapuche huilliches, en el predio Rucamañío, distante a 7 kilómetros de Pucatrihue, en la costa osornina.

La dantesca gresca que dejó cinco víctimas fatales, entre ellas dos ancianos que poco o nada pudieron hacer por defenderse de la salvaje agresión, se revivió minuto a minuto debido a la reconstitución de escena ordenada por la titular del Tercer Juzgado del Crimen, magistrada Gloria Sepúlveda Molina, quien se constituyó en el lugar alrededor de las diez de la mañana.

La extensa diligencia judicial, que solamente se vio interrumpida por una intensa lluvia en la cordillera costera. La jueza osornina llegó acompañada de dos actuarias del tribunal, así como también de detectives de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones y del Laboratorio de Criminalística.

Rucamañío se estremeció otra vez. Los acusados fueron llevados al lugar en el carro descubierto de un tractor, debido a que los vehículos de Gendarmería no pudieron acceder por lo accidentado del terreno.
 

TENSION

En el lugar se vivieron momentos de tensión al iniciarse las diligencias, debido a que se temía que en el cualquier instante pudiera producirse un enfrentamiento entre las familias en conflicto, pese a la fuerte custodia policial que existía. La probabilidad de que hubieran "problemas serios", como lo confidenció una fuente, siempre estuvo latente, más que nada por la brutalidad con que actuaron hace una semana los involucrados y al odio que se han expresado en forma reiterada y públicamente.

Nada de eso ocurrió. Todo el procedimiento se llevó adelante con relativa tranquilidad, bajo la atenta mirada de la magistrada.

EL PRINCIPAL
 

El primero en ser llamado al lugar de los hechos fue Florentino Cumilef Llanquilef, secretario de la comunidad indígena Choroy Traiguén, y principal inculpado. Este entregó amplios detalles de la sangrienta disputa por la propiedad de más de 600 cuadras de terreno en Rucamañío.

En medio de una densa neblina y lluvia, Cumilef Llanquilef, reconstituyó minuto a minuto la violenta y mortal riña, mientras era celosamente custodiado por funcionarios armados de Gendarmería. El dirigente indígena declaró por una hora y cuarto, aportando minuciosos detalles que permitirán a la jueza determinar responsabilidades en cuanto a su participación en los hechos.

También fueron llamados algunos testigos de la familia Cumilef. Ellos dieron cuenta de lo que habían observado el día de la tragedia. Este interrogatorio se prolongó hasta las 12 horas, momento en que debió ser suspendido el procedimiento, a raíz de una persistente lluvia.

Pasados 30 minutos, la magistrada prosiguió con las indagaciones, tomando declaración a nuevos testigos de la misma familia. Los interrogatorios y los careos con ellos se prolongaron hasta pasadas las 13.30 horas.

En ese instante fueron llamados los otros cuatro procesados, acompañados de algunos testigos de la familia Lefián Marileo. Con ellos, la jueza recorrió los puntos donde se cometieron los asesinatos, en un área de aproximadamente 100 metros.

Esta parte de la diligencia se extendió hasta las 16.30 horas, momento en que los detenidos Luciano Gabriel Lefián Zambrano, Carlos Humberto Cumilef Ancapán, Guido Elías Panguinamón Lefián, y José Osvaldo Huenupán Catrilef, fueron llevados nuevamente en el carro del tractor hasta los vehículos celulares de Gendarmería que se encontraban en la ribera del río Choroy Traiguén, para ser devueltos a la cárcel de Osorno. Los testigos, en tanto, abandonaron caminando en el lugar, en dirección a sus hogares, ubicados en las inmediaciones. En cuanto a la jueza, se dirigió de inmediato al tribunal para seguir analizando el material recopilado.


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