Ayuda llega a cordillera
Campesinos descargan fardos desde uno
de los camiones que ayer rompió la barrera de fango, hielo y nieve
que encerró a la localidad por semanas.
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Una anciana enferma subía
a una ambulancia, que al fin llegaba. Más allá, comuneros
pehuenches distribuían alegremente cargamentos de fardos y en la
escuela se apilaban cajas de mercadería, junto a la chimenea.
Ayer, fue día de fiesta en
Quinquén. Bajo un sol radiante, una máquina de Vialidad logró
abrirse paso hasta allí y despejar la ruta, tras 15 días
de aislamiento. Camiones estatales le siguieron con ayuda en alimentos,
fardos de forraje y apoyo médico. Con campos cubiertos por medio
metro de nieve ante el inicio adelantado del invierno, afectados por una
pésima cosecha de piñones y aislados de ayuda médica
y abarrotes, Quinquén enfrentaba una situación muy delicada.
"Estoy muy resfriada, casi me muero
en estos días sin tener medicamentos. Mi hija es enferma y necesita
médico", dijo Paulina Huaiquillán, antes de abordar una ambulancia
del Hospital de Lonquimay.
OPERATIVO
Ocho camiones transportaron 770 fardos
de pasto, 67 cajas de abarrotes (azúcar, hierba, café, arroz)
y 60 planchas de zinc, las que fueron divididas entre las localidades de
Quinquén, El Rincón de Liucura y Cruzaco.
El operativo fue encabezado por el
intendente, Ramiro Pizarro, y el director nacional de Indap, Ricardo Halabí.
Halabí anunció una ayuda de 500 millones de pesos a mil campesinos
de la zona, para salvar la masa ganadera de vacunos, caballos, cabras y
ovejas. El intendente destacó el operativo como una acción
preventiva "pues el invierno recién empieza".
Se estima que unas mil 200 hectáreas
de alfalfa, producción lechera y huertos familiares resultaron afectadas
por estas adelantadas nevazones.
VIVIR
"Aquí somos todos Meliñir",
nos dice un campesino con una sonrisa. Ricardo Meliñir, dirigente
local, admite que la situación todavía no es crítica
pues aún es otoño. "No hubo piñones y la gente no
se pudo `aperar' bien. El invierno se ve muy crudo y esta ayuda nos permite
prevenir. El ganado está en harto riesgo y vamos a necesitar más
galpones para guardar forraje".
Miguel Meliñir espera no volver
a quedar encerrados. "Había personas que no podían cobrar
sus pensiones, no había rondas médicas y las guagüitas
no pudieron tener su control. La gente no está bien `aperada' con
alimentos para el invierno", declara.
Contento con lo recibido se mostró
Juan Segundo Meliñir. "Se nos estaba acabando el pasto para los
animales. La nieve está muy gruesa y el ganado no puede buscar pasto
así". Don Juan tiene unos 40 chivos, ovejas y vacunos para sustento
de su familia.
De regreso, una dirigenta de la comunidad
Pedro Calfiqueo, cercana a Galletué, nos reclama. "Somos 12 familias
y no tenemos nada, ni pasto, ni comida". Es tarde. Los afuerinos nos alejamos
y el sol se oculta tras las montañas. Pronto, volverá el
frío.
Texto: Pedro Escobar A.
Foto: Oscar Ravanal.
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