Mapuches y aymaras reciben el nuevo ciclo de la vida
El Machaq Mara fue dirigido por el yatire
Fortunato Manzano, ritual en el que también participó la
machi Margarita Alecoi, quien a su vez será la encargada de encabezar
el We Tripantu compartido entre mapuches y aymaras en la comuna de Nueva
Imperial.
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Mientras las comunidades indígenas de la
IX Región se preparaban para recibir un nuevo año en la celebración
del We Tripantu, un grupo de mapuches hacía lo propio tras regresar
ayer, junto a 27 aymaras, desde las nortinas tierras de Arica, lugar donde
celebraron el "Machaq Mara" o Año Nuevo andino.
Veintisiete mapuches de las comunas de Nueva Imperial,
Freire, Pitrufquén, Carahue y Teodoro Schmidt, participaron en el
ritual realizado en el Cerro Sombrero, próximo a la ciudad de Arica,
donde a partir de las seis de la madrugada del viernes, esperaron la llegada
del Tata Inti (Padre Sol), aunando voluntades y demandas de los pueblos
Mapuche y Aymara.
El año nuevo para los pueblos andinos se
celebra el 21 de junio de cada año, por considerarse un día
cósmico, ya que corresponde a la fecha en que el sol se encuentra
lo más distante de la tierra y la vez inicia su retorno.
Al igual que el We Tripantu (Año Nuevo mapuche),
el Machaq Mara se relaciona con los ciclos agrícolas, ya que la
tierra se prepara a recibir la semilla para iniciar una nueva etapa.
Sin embargo, según explicó el consejero
aymara ante la Conadi, Carlos Inquiltupa, "al igual que el We Tripantu,
el sentido del Machaq Mara es amplio y guarda relación con todas
las leyes de la naturaleza y no solamente los ciclos productivos. Tiene
una significación cósmica que nos remite a la sabiduría
de nuestros ancestros, que sigue viva a través de la recuperación
y mantenimiento de nuestra identidad como pueblos originarios".
La ceremonia se inició con una Pawa o "quema
de mesa", a través de la cual se entregaron ofrendas a los seres
superiores en espera de los primeros rayos del Tata Inti. Todo esto bajo
la dirección de un Yatire, o guía espiritual de la tradición
aymara.
Siempre manteniendo el semi círculo abierto
en dirección al sol, los participantes compartieron sus deseos para
la nueva etapa que comienza, mientras el Yatire exponía la relación
entre la Pachamama, deidad que representa las cualidades de la fertilidad
femenina, y el Tata Inti, vinculado a la germinación de la vida.
Luego, mapuches y aymaras compartieron alimentos
y demandas en una unión fraternal, con particular énfasis
en su condición de pueblos originarios y hermanos.
INTERCAMBIO CULTURAL
Esta primera etapa del intercambio cultural, que
incluye también la participación de representantes aymaras
en un ritual del We Tripantu, fue posible gracias a un proyecto presentando
por Inquiltupa y el consejero mapuche ante la Conadi, Hilario Huirilef,
contando para ello con el apoyo de este organismo estatal.
En este sentido, Huirilef destacó la importancia
de este encuentro por considerarlo "un primer gran paso para lograr una
mayor coordinación en nuestro accionar. Si bien nuestras demandas
son diferentes, ellos requieren agua y nosotros tierra, no es menos cierto
que nos une la necesidad de avanzar hacia el reconocimiento constitucional
en nuestra condición de pueblos originarios y la ratificación
del Convenio 169 de la OIT, por citar tan sólo dos ejemplos".
Tras concordar con Huirilef, Carlos Inquiltupa
enfatizó: "Esta experiencia nos ha permitido compartir nuestras
tradiciones y acercarnos como pueblos hermanos que somos; además
de constituir una extraordinaria oportunidad para reafirmar aún
más nuestras identidades y estrechar lazos en torno a nuestras demandas",
destacó.
La visita de la delegación mapuche se extendió
por cinco días, en los cuales participaron en diferentes actividades
por motivo de la celebración del Machaq Mara, además de una
visita al altiplano y un partido de fútbol amistoso, tras lo cual
los mapuches hicieron una demostración de palín y compartieron
una "guatia", comida tradicional andina.
HOY
Para hoy está contemplada la celebración
central del We Tripantu desde las seis de la madrugada en la localidad
de Hualacura, comuna de Nueva Imperial, ritual en el que los aymaras tendrán
también la oportunidad de compartir su cosmovisión y sellar
así este intercambio intercultural que se extenderá hasta
el miércoles, esta vez, en tierras de La Araucanía.
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