escrito por ARI
domingo, 25 de octubre de 2009
Santiago.- En el marco de una manifestación convocada
este día por organizaciones solidarias con las comunidades mapuches
en conflicto, fueron detenidos en el sector de la Plaza Los Héroes
los reporteros independientes Sandra Ortega y Marcos Cáceres, miembros
de la Radio Comunitaria 1º de Mayo y socios del Sindicato ARI, quienes
se encontraban identificados con sus credenciales de prensa reporteando los
incidentes.
Su labor se vio interrumpida cuando registraron a policías
golpeando a manifestantes lo que molestó a los uniformados y procedieron
a arrestarlos sin mayor explicación, trasladándolos luego a
la Tercera Comisaría de Santiago.
Junto con detenerlos, a Marcos Cáceres le requisaron su cámara
y a Sandra Ortega su grabadora, amenazándola con formalizarla por
maltrato a carabineros, ya que supuestamente habría golpeado con ella
a uno de los uniformados. Tras casi cuatro horas de detención en la
comisaría y pasada la medianoche, ambos reporteros fueron liberados
siéndoles restituidos sus instrumentos completamente inservibles en
el caso de la grabadora y con todas las imágenes borradas en el caso
de la cámara fotográfica.
Sindicato Nacional de Trabajadores de Medios de Comunicación Independientes
Asociación de Reporteros Independientes (ARI) junto con manifestarles
su solidaridad, repudia enérgicamente estos actos arbitrarios, abusivos
e ilegales de parte de Carabineros, con los cuales coarta la libertad de
información consagrada en la Constitución Política,
en un afán de impedir que se informe sobre su violento accionar en
contra de manifestantes pacíficos.
Visto lo anterior, el Sindicato ARI interpondrá las acciones judiciales
que correspondan a fin de defender el derecho a la información y
libre expresión de los reporteros independientes. Como también
presentará este y otros casos ante las organizaciones internacionales
tanto de defensa de derechos humanos como de libertad de prensa, señalando
que estos abusos policiales no constituyen hechos puntuales, sino que forman
parte de una política sistemática de agresiones, bloqueo
y discriminación en contra de los medios independientes, la que
parece contar con el pleno aval de las autoridades civiles. No hay otra
explicación a que en forma reiterada policías se atribuyan
la facultad de arrestar reporteros, impedirles su labor, golpearlos, provocándoles
incluso lesiones graves, destruirles o dañar sus instrumentos de
trabajo, confiscar y/o borrar registros audiovisuales e incluso tratar
de inventar delitos inexistentes, para formalizar a las víctimas
ante tribunales militares a objeto de causarles el mayor perjuicio posible.