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lunes
8 de abril de 2002
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Paz en la Araucanía
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El gobierno ha dado a conocer sus intenciones de actuar con energía
para resolver el conflicto mapuche, impulsando vigorosamente el desarrollo
económico y social de sus comunidades y castigando con severidad
a los violentistas que transgreden el estado de derecho.
Ha sido alentador el propósito gubernamental de actuar en beneficio
de los pueblos indígenas exigiendo prioridad a los diversos organismos
del Estado, dependientes de distintos ministerios y destinados a brindar
auxilio social y al logro de un desarrollo económico y cultural
de la población más necesitada.
Esperemos que este nuevo espíritu, que inspira a las autoridades,
sea capaz de superar los entrabamientos de operación que opone la
inercia de una burocracia con demasiados escalones burocráticos.
En calidad de aporte para el mejor éxito de las nuevas políticas
indígenas, sugerimos las siguientes medidas.
Las escuelas rurales, de localidades con presencia indígena, deben
ser convertidas en el eje motriz de impulsos para un desarrollo autogenerado.
Las escuelas son las únicas instancias que proporcionan la continuidad
necesaria para recibir bien los aportes antropológicos de la cultura
mapuche. Tejidas en torno de cada escuela, las actividades de Fosis, Indap,
Sence, Sercotec, Sernam y otras, se puede ir creando habilidades autónomas
interculturales: si no es en adultos, sí con certeza, en los niños
y jóvenes que serán los adultos del próximo futuro.
Proponemos que cada escuela rural se complemente con buenas viviendas para
su personal docente. Estas escuelas deben funcionar abiertas y deben ser
multiactivas. Abiertas durante las horas y días que sean necesarios
para servir de recintos en que se practique la sociabilidad local en sus
múltiples facetas. En estas escuelas; los adultos del vecindario,
familiares o no de los alumnos, deben encontrar oportunidades de alcanzar
una nivelación de educación básica, que los habilite
para proseguir en autoaprendizajes, de capacitaciones en oficio, de asimilación
de técnicas productivas y asociación para emprender iniciativas
de fines económicos, de enriquecimiento cultural y de recreación.
Será necesario que estas escuelas, que denominamos abiertas y multiactivas,
se acompañen de una posta de salud y de un retén de Carabineros.
La interacción de la escuela con una posta de salud intercultural,
puede difundir, con eficacia, aprendizajes de higiene, de nutrición
y de estilos de vida que mejoren la salud de los lugareños y los
liberen de enfermedades. El retén, con carabineros que residan en
la localidad un tiempo suficiente para conocer bien a los lugareños
y entablar relaciones de amistad con ellos, como fue antes de 1973, realizará
el papel de amigables componedores en conflictos entre vecinos y familias,
y estarán bien informados de cuáles son los individuos propensos
a la rapiña y a la violencia y, de este modo, cumplirán con
su principal deber profesional, de proteger a las gentes de paz y honradas.
Una conducción inteligente de estos centros comunitarios, constituidos
en torno de un eje educativo y formador de un civismo asociativo; haría
que los agentes locales sean los encargados de producir una eficiente conjunción
entre los distintos servicios públicos que actúan en beneficio
de los más necesitados. Una de las causas primordiales de la contumaz
dilapidación de recursos económicos y humanos de estos servicios,
radica en que actúan por separado, desperdiciando las oportunidades
de producir efectos sinérgicos de autodesarrollo. Sus tareas se
distribuyen en esferas de cúpulas de máxima jerarquía,
y sus ejecutores terminales están rigurosamente adiestrados para
no trabajar en colaboración con los funcionarios de otros servicios
que operan en el mismo lugar y comprometidos a servir a las mismas personas.
En la actualidad, cualquier coordinación o ensamble debe ser autorizado
por las respectivas jerarquías que, por regla general, son celosas
defensoras de su exclusividad.
Lo que estamos proponiendo se inserta en la tendencia que los angloparlantes
llaman "empowerment", con una traducción muy infeliz de "empoderamiento",
que usan politólogos chilenos. El "empowerment" consiste en una
transferencia progresiva de atribuciones y de responsabilidades políticas
-en significado altruista de esta palabra- hacia las instancias de base
de la sociedad.
Tenemos la profunda convicción de que estas proposiciones son efectivamente
conducentes a una pacificación humanista y perdurable de la Araucanía,
sin perjuicio del reconocimiento de los derechos constitucionales que corresponden
a los pueblos indígenas en términos de conservar una identidad
cultural propia y merecedora de respeto y estima.
Carlos Neely I. |
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