Algunas estacas, durmientes y rollos de alambre que serían del empresario
agrícola Osvaldo Carvajal inculparían a los hermanos Meñaco
como presuntos autores de robos e incendios en Lleu Lleu, pero la esposa
de uno de ellos, Elsa Coña, dijo disponer de una factura que prueba
lo contrario. Ayer, la atesoraba en su cartera.
"El, (Eduardo Meñaco) estaba haciendo un cerco cuando lo detuvieron.
Llegó un grupo de carabineros y dijeron que eran cosas robadas.
También, unos sillones de mimbre que serían de Carvajal,
pero los compré cuando nació mi hija mayor, hace seis años",
explicó la mujer y lo propio hizo el tío de los Meñaco,
José Isidro Lincopi, a quien la jueza Verónica Herrera Ocares
dejó en libertad por falta de méritos.
El empresario Carvajal "me acusa de robarle dos rollos de alambre; estaban
en mi quinta, pero hace dos años se me quemó mi casa y ahora
paro donde el Eduardo, donde el Avelino, donde mi hermana y ahora donde
mi patrona en Tirúa". No tiene, dijo, ninguna participación
en el incendio y sus sobrinos, cree, tampoco.
"No saben ni una cosa; cuando yo me fui (el viernes) el Avelino se quedó
curao. Se curó a machote y en la noche se quemó el fundo,
la casa. Ese pobre hombre (Carvajal) anda por no dejar, oiga".
Avelino Meñaco está en calidad de procesado por Ley de Seguridad
Interior del Estado en el sumario que instruye el ministro de fuero, Eliseo
Araya. Junto a otros 7 mapuches (de once requeridos por el gobierno) está
condenado en primera instancia a una pena remitida de 545 días.
"Está en situación de indefensión: cualquier cosa
que pase en la hacienda, es el principal sospechoso", dijo el abogado Pablo
Ortega. Estimó que los hermanos serán puestos en libertad.
Asustados
Ayer, en el tribunal de Cañete, los choferes Antonio Boissier Cruces
y su hijo Antonio Boissier Toro presentaron una querella por homicidio
frustrado causando lesiones grávisimas y otra en que piden aplicar
la Ley antiterrorista en contra de quienes resulten responsables por el
atentado que sufrieron el 15 de abril.
"Sí, tengo miedo por mi familia, porque así como va el terrorismo...pienso
que se pueden vengar", dijo ayer Boissier hijo, tras reconocer, en fotografías,
a uno de sus atacantes: Héctor Lleitul, quien, el día del
atentado a los camiones, una pañoleta le cubría la mitad
del rostro.
Según trascendió, Llaitul fue detenido por casualidad en
la comunidad de Pascual Coña y trasladado a la comisaría
para verificar su identidad: no portaba cédula de identidad.
Mientras, Antonio Bossier padre, dijo no recordar a sus atacantes, salvo
que uno de ellos le preguntó si llevaba radio en el camión.
"¿Para qué, le dije, si ya estoy jodido? Yo estiré
la mano para frenar el camión y cuando quise levantar la vista,
ya me habían disparado".
En tres meses más, una prótesis reemplazará su ojo
derecho. |