EN MAGALLANES:
Pesar por Muerte de Mujer Kawésqar
Con el fallecimiento de Margarita
Edén Molinari se pierde parte importante de esta ancestral cultura
de los canales patagónicos.
PUNTA ARENAS (Sofanor Cerpa).- Fueron inhumados ayer los restos de Margarita Auxiliadora Edén Molinari, una de las últimas representantes puras de la raza kawésqar o alacalufe, etnia que pobló los australes canales patagónicos. Su muerte se produjo la madrugada del sábado en su domicilio, víctima de un cáncer al estómago.
Margarita había nacido en la zona de los canales y con su familia se fue a vivir al poblado de Puerto Edén, desde el asentamiento indígena de Yetarkte. En 1975 ó 76 se trasladó con su familia a Punta Arenas.
Aun cuando no existe registro de una fecha de nacimiento, se estima que la mujer tenía 79 años de edad. Celebraba su cumpleaños los 25 de diciembre, fecha que coincide con las misiones salesianas que iban a bautizar e inscribían en Puerto Edén, localidad ubicada en el límite norte de la Región de Magallanes.
Durante su vida, estuvo casada dos veces, sobreviviéndole su marido Alberto Achacaz Hualaqueal, sus hijos Carlos López, Verónica, Ana y Yolanda Achacaz, María Molinari (hija de crianza), además de nietos, bisnietos y un tataranieto. En el poblado de Puerto Edén también residen sus dos últimos primos hermanos, Francisco Arroyo Edén y Juan Edén Ulloa.
La ciudad de Punta Arenas la recordará recorriendo sus calles vendiendo sus artesanías, canastillos de junquillo y canoas en miniatura hechas de cuero de lobo marino, elementos fabricados con técnicas de sus antepasados.
Pero más importante que esto era su lengua kawésqar, con la cual se comunicaba con su esposo. Ahora, la hablan sólo diez de los cerca de 20 representantes puros de su raza que aún viven. Para su nieta Margarita, con el fallecimiento de su abuela "se va la cultura y la etnia. El pueblo kawésqar se va con ella, porque era la única persona que mantenía las costumbres y las tradiciones de su pueblo".
Lamentó las condiciones de pobreza en que ésta falleció, lo que se transforma en un llamado al Estado para que se preocupe más de los ancianos. Por su parte, el historiador Carlos Vega Delgado, uno de los principales investigadores de las culturas indígenas de la Patagonia, calificó la muerte de Margarita Edén como algo lamentable. Expresó que los magallánicos la recordarán como una transhumante, así como en el pasado circulaba junto a su marido en las canoas por los canales australes, al insertarse en la ciudad, nunca dejó de ser recolectora. "Ella el día lunes estaba en una parte con sus canoas, el martes en otro lugar, y así iba en un circuito eterno, como el sol y la luna. Hasta el fin de sus días mantuvo esa identidad cultural", comentó Vega.
El historiador manifestó que con ella se va también una cultura y lamentó que no fuera reconocida como Ciudadana Ilustre de Magallanes, distinción que otorga la intendencia. Agregó que este es el momento de reparar un olvido lamentable. Fue el municipio local el que en 1998 le entregó la medalla por los 150 años de fundación de la ciudad.
Margarita Edén Molinari fue sepultada ayer en el cementerio municipal. Previo a ello, se le rindió homenaje en el contexto de un oficio religioso realizado en un templo mormón, religión que había abrazado hace un par de años. La familia lamentó la ausencia de autoridades regionales o municipales en esta ceremonia.
Fue emocionante para los presentes
escuchar la voz de Margarita, entonando tradicionales cantos de su etnia
en su lengua nativa, registro recogido precisamente por Vega.
