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1994-01-14 | Documentos de Trabajo | Mapuche

Jos茅 A. Marim谩n Liwen - Kinche Rukan ka Mapuche Azkomp眉ll眉 Centro Estudios y Documentaci贸n Mapuche

Transici贸n democr谩tica en Chile Nuevo ciclo reivindicativo mapuche?

El 14 de diciembre de 1989, las fuerzas democr谩ticas chilenas vencen en las elecciones presidenciales organizadas por la ex dictadura militar de Pinochet. Con ello, inauguran un nuevo per铆odo en la historia de Chile: el de la recuperaci贸n democr谩tica o transici贸n a la democracia. La fuerza social que posibilit贸 el triunfo de la Concertaci贸n de Partidos por la Democracia[1], se construy贸 sobre la base de un abanico de actores sociales, donde figuraban tambi茅n las minor铆as 茅tnico nacionales de Chile.


Liwen - Kinche Rukan ka Mapuche Azkomp眉ll眉
Centro de Estudios y Documentaci贸n Mapuche Liwen
Temuco Chile, enero 1994.

El 14 de diciembre de 1989, las fuerzas democr谩ticas chilenas vencen en las elecciones presidenciales organizadas por la ex dictadura militar de Pinochet. Con ello, inauguran un nuevo per铆odo en la historia de Chile: el de la recuperaci贸n democr谩tica o transici贸n a la democracia. La fuerza social que posibilit贸 el triunfo de la Concertaci贸n de Partidos por la Democracia[1], se construy贸 sobre la base de un abanico de actores sociales, donde figuraban tambi茅n las minor铆as 茅tnico nacionales de Chile.

En efecto, s贸lo 13 d铆as antes de la elecci贸n (1ro. de diciembre de 1989), los pueblos ind铆genas de Chile hab铆an firmado un acta de compromiso con el candidato presidencial de la Concertaci贸n. En dicho documento, las partes se compromet铆an una a apoyar al nuevo gobierno y la otra a hacer suya la demanda de los pueblos ind铆genas de Chile. Esa acta fue el fruto de una negociaci贸n donde se expresaban mutuas conveniencias. Entre otras, la posibilidad de una nueva ley ind铆gena para los pueblos ind铆genas de Chile, y la legitimaci贸n de la Concertaci贸n ante los pueblos ind铆genas de Chile --en especial del pueblo mapuche-- con la consecuente posibilidad de disputar un voto mapuche a su favor.

Necesitaba la Concertaci贸n el voto mapuche? En el contexto de la lucha pol铆tica de esos a帽os y a fin de reconstruir el Estado de Derecho, importaba sumar fuerza ante los representantes del continuismo. En consecuencia, frente al dilema de tener como espectadores neutrales a parte de los pueblos ind铆genas --y en particular sus organizaciones-- o aliados, la opci贸n 煤ltima resultaba conveniente. Lo anterior explica por qu茅 la Concertaci贸n, teniendo por antecedentes haber ganado el plebiscito del 1988, un an谩lisis poco optimista respecto al comportamiento del electorado mapuche[2] y conocimientos de la debilidad del movimiento mapuche, estuvo dispuesta a buscar la integraci贸n de 茅stos en la cruzada anti autoritarismo.

El presente trabajo se sit煤a en este nuevo per铆odo de la historia de Chile. La interrogante que mueve este estudio puede ser planteada como sigue. Dado que el ciclo[3] de movilizaci贸n abierto en 1978 se agot贸, el movimiento mapuche[4] actual originado en ese ciclo se encuentra en crisis. La emergencia de nuevas organizaciones mapuches (Partido de la Tierra y la Identidad y Auki帽 Wallmapu Ngulam) expresar谩 el nacimiento de un nuevo ciclo reivindicativo mapuche?

1. Protagonistas de la contienda estado naci贸n chileno/minor铆a 茅tnica nacional mapuche al fin de la dictadura comienzo de la transici贸n democr谩tica

A comienzos del per铆odo de transici贸n, el universo de organizaciones mapuche se compon铆a de numerosas estructuras con variadas formas y prop贸sitos. Enrique Besnier, coordinador del Proyecto Derechos Humanos y Pueblos Ind铆genas de la Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos, jerarquiz贸 ese universo de la siguiente forma:

Uno es el estrato de la organizaci贸n comunitaria, donde existen instancias tradicionales y otras de car谩cter occidental que se 'nuclean' como comit茅s campesinos de hecho o como organizaciones vecinales funcionales. Est谩n luego las instancias organizacionales de car谩cter m谩s local, entre las que cabe mencionar, en el caso de la Novena Regi贸n, los grupos 'Rehue' y 'Roble Huacho' y la Asociaci贸n Mapuche de la provincia de Malleco. Finalmente existen las organizaciones que ...tienen aspiraciones de existir a nivel nacional...[5].

Por el inter茅s que revisten las organizaciones del tercer nivel a los prop贸sitos de este trabajo, me ocupar茅 exclusivamente de ellas.

1. 1. Los mapuches

Siete organizaciones mapuche[6] exist铆an en la coyuntura del plebiscito de 1988. Ellas hab铆an participado m谩s o menos activamente en el desarrollo de la campa帽a por recuperar la democracia. Sus nombres: Ad mapu, Nehuen Mapu, Lautaro 脩i Ayllarehue, Asociaci贸n Nacional del Pueblo Mapuche de Arauco, Callfulican, Choin Folil Che y Centros Culturales Mapuches. Todas ellas ten铆an por tronco com煤n, los Centros Culturales Mapuches, organizaci贸n nacida el 12 de septiembre de 1978 como respuesta al decreto ley 2.568. En el a帽o 1981 los Centros Culturales Mapuche, forzados por las autoridades militares y para facilitar alg煤n nivel de interlocuci贸n, cambiaron su nombre al de Asociaci贸n Gremial de Peque帽os Agricultores y Artesanos Mapuche - Admapu. Esto es, pasaron de una existencia de hecho a otra de derecho.

Admapu fue radicalizando sus demandas en la medida que no hubo interlocuci贸n con la dictadura, pasando a ser instrumentalizada por la izquierda a partir de los a帽os 1983 1985. Este hecho motiv贸 la auto-marginaci贸n de algunos de sus dirigentes y bases campesinas, que dieron origen a nuevas organizaciones. As铆, en 1985 se funda Nehuen Mapu y posteriormente en el mismo a帽o Centro Cultural Mapuche A.G.. En 1987, un nuevo desprendimiento de Ad mapu dar谩 origen a Callfulican, Lautaro 脩i Aillarehue y la Asociaci贸n Mapuche Arauco. Una divisi贸n por en 1987 de Centro Cultural Mapuche A.G.. dar谩 origen a Choin Folil Che.

Estas organizaciones son integracionistas, diferenci谩ndose unas de otras por su relaci贸n de dependencia con una instituci贸n estatonacional diferente (es conocida la vinculaci贸n de Ad mapu con el partido comunista, Nehuen Mapu con la democracia cristiana, Lautaro 脩i Ayllarehue y la Asociaci贸n Mapuche Arauco con el partido socialista, Callfulican fue formada por ex militantes socialistas, Centro Cultural Mapuche fue creada por un ex-militante de alto rango del partido comunista). La integraci贸n promovida por estas organizaciones, no implica renunciar del todo a la cultura propia, sino se trata de una integraci贸n con ella. Finalmente, un n煤mero no despreciable de dirigentes mapuche en ellas, tienen o han tenido la experiencia de haber militado en partidos pol铆ticos, lugar en donde han recogido ideolog铆a y experiencia pol铆tica.

Organizaciones coordinadas en Futa Trawun Ki帽ewan Pu Mapuche[7].

Las organizaciones antes nombradas, a partir de 1987 formaron una alianza conocida como Futa Trawun Ki帽ewan Pu Mapuche, que pervivi贸 hasta 1989. El discurso de las organizaciones coordinadas en Futa Trawun Ki帽ewan Pu Mapuche, al estar en relaci贸n con partidos chilenos fue variado. Las organizaciones miembro de esta alianza trataron de hacer congeniar la ideolog铆a y pol铆tica de sus respectivos partidos partidos, con los intereses del pueblo mapuche. "No existe inconveniente alguno (dir谩n militantes de una de estas organizaciones) en tener militancia pol铆tica y poder integrar a las organizaciones 茅tnicas, 'en un proyecto de alianza nacional mapuche popular"[8]. Sin embargo, no es f谩cil percibir el discurso de partido, en la escasa documentaci贸n que producen las organizaciones mapuche (declaraciones p煤blicas, actas de congresos o programas, pero nunca reflexiones propias). En general, el discurso de partido es oculto y se disculpa. "Algunos dirigentes son dem贸cratas cristianos, estamos de acuerdo; pero no recibimos 贸rdenes del Partido Dem贸crata Cristiano y tampoco no lo vamos a hacer"[9]. Pero la pr谩ctica de estas organizaciones mapuche siempre las delata. Terminaban divididas a la hora de tomar posici贸n frente a problemas nacionales. Y, curiosamente, de lado del referente estato-nacional con el cual se le supon铆an v铆nculos.

El desmembramiento de 茅sta alianza, es el resultado del trabajo que algunas de estas organizaciones mapuche (Callfulican, Asociaci贸n Mapuche Arauco y Choin Folil Che), comenzaron a realizar con la Comisi贸n T茅cnica de Pueblos Ind铆genas (organismo dependiente del Programa Derechos Humanos y Pueblos Ind铆genas de Chile de la Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos). Dos de las tres organizaciones (Callfulican, Asociaci贸n Mapuche Arauco) comparten una historia. Entre sus l铆deres hab铆a militantes socialistas que producto de las divisiones del partido socialista, terminaron formando parte de fracciones socialistas diferentes. En consecuencia, en su origen, esas organizaciones --junto a Lautaro 脩i Ayllarehue-- expresaran una lucha pol铆tica al interior de un partido chileno operando en asuntos mapuche, antes que una realidad mapuche propiamente tal.

Los socialistas mapuche que dieron vida a Callfulican, terminaron abandonando la fracci贸n socialista en que militaban, y renunciando a establecer nuevas militancias. Por ello Callfulican fue desarrollando una actitud anti-partido, que finalmente la alejo de las organizaciones del Futa Trawun Ki帽ewan Pu Mapuche, en tanto ellas expresaban una voluntad pol铆tica de dependencia. Callfulican comenz贸 ha proclamar un discurso de independencia pol铆tica y autoidentificaci贸n-afirmaci贸n, que aterriz贸 finalmente en la creaci贸n del PTI

...Es notoria la necesidad de fortalecer una Instancia Pol铆tica Propia que atienda a nuestras caracter铆sticas culturales propias, a la superaci贸n de la pobreza y marginaci贸n de nuestra sociedad, a proponer proyectos de infraestructuras, especialmente en el plano educativo y silvoagropecuario pertinentes. Pero 茅sto implica madurez real en el plano pol铆tico, sociocultural, econ贸mico entre otros, ya que tambi茅n implica cambios y efectos sociales. Todo 茅sto es un proceso integrado que requiere de un mediano plazo y largo plazo, que debe ser difundido con fuerza en y con nuestra Sociedad mapuche[10].

Organizaciones nacidas luego del plebiscito de 1988

Dos organizaciones comienzan a dar sus primeros pasos con posterioridad al plebiscito del 1988 y antes del ascenso de Patricio Aylwin a la presidencia. Se trato del Partido de la Tierra y la Identidad (P.T.I.) y la Comisi贸n Nacional de Pueblos Ind铆genas de Chile. En ambas, se pueden encontrar raices que se remontan a las diferencias pol铆ticas al interior de Ad mapu --Congresos Nacionales de 1983, 1985, y 1987-- pero las trascienden. Ellas no nacieron para disputar un espacio en la sociedad mapuche, sino se propusieron ser organizaciones supra 茅tnicas. En otras palabras, se propusieron involucrar otras minor铆as estatonacionales.

Del trabajo en procura de una Propuesta Constitucional de los Pueblos Ind铆genas por la Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos, nacer铆a en marzo del 1989 el Partido de la Tierra y la Identidad. Los seminarios sobre proyecto constitucional tuvieron el m茅rito de poner en contacto a representantes mapuches, aymaras y rapanui, favoreciendo el intercambio de percepciones. Las lecturas del momento pol铆tico de algunos representantes mapuche, aymaras y rapanui, confluyeron hacia la creaci贸n de un partido supra茅tnico, aprovechando el espacio que se abr铆a con la democratizaci贸n del pa铆s.

La idea de terminar con los intermediarios en la representaci贸n de las minor铆as ante el Estado, as铆 como la coyuntura eleccionaria del 1989, alentaron el deseo de llevar al parlamento a "genuinos representantes ind铆genas". El prop贸sito de tal decisi贸n fue presionar a la sociedad "para que se hagan leyes m谩s o menos adecuadas y que permitan asegurar nuestra sobrevivencia"[11]. El inter茅s de "tener a 1 o 2 diputados que est茅n en las comisiones para el asunto ind铆gena"[12], junto al deseo de establecer relaciones pol铆ticas y participar de coaliciones que resultaran beneficiosas a los pueblos ind铆genas, ser谩 la causa que dar谩 nacimiento al Partido de la Tierra y la Identidad.

Considerando el derecho natural y el deber de cada ciudadano de participar activamente en el proceso pol铆tico, un sector importante de ciudadanos ind铆genas y no ind铆genas nos hemos propuesto participar en la toma de decisiones pol铆ticas de las Regiones y de la Naci贸n, interpretando organizadamente los anhelos y aspiraciones de un sector fundamental del pa铆s. Para ello hemos decidido formar el "PARTIDO DE LA TIERRA Y LA IDENTIDAD" (P.T.I.)[13].

Posteriormente, en enero de 1990, Callfulican, Choin Folil Che y la Asociaci贸n Mapuche Arauco, sumada a organizaciones urbanas de Santiago (Liga Araucana Millelche, Centro Cultural Mapuche Cerro Navia, Folil Che Aflaiai, Consejo Mapuche Cerro Navia, Centro Mapuche Blas Ca帽as, Agrupaci贸n de Profesores Mapuche Amul Kewun, Consejo Mapuche Santiago, comunidad Callaqui, valle de Quinquen y otras), Valdivia, (Junta de Caciques Butahuillimapu Valdivia), Osorno (Junta de Caciques Butahuillimapu Osorno), y Chilo茅 (Junta de Caciques Butahuillimapu Chilo茅), m谩s representaciones Aymaras, Atacame帽as y Rapa Nui, dieron origen al Consejo Nacional de Pueblos Ind铆genas de Chile. A trav茅s de esta instancia, que reun铆a a 27 organizaciones ind铆genas, se buscaba interlocuci贸n con el Estado, a objeto de "sensibilizarlo y comprometerlo con las demandas de reconocimiento constitucional y de legislaci贸n"[14] a favor de los pueblos ind铆genas.

Auki帽 Wallmapu Ngulam

Auki帽 Wallmapu Ngulam[15] nace a fines de diciembre de 1989, como consecuencia de un rompimiento en la alianza Partido Comunista Partido Socialista Comandante (PSc) al interior de Ad mapu. La pol铆tica del PSc enfatizar谩 el llamado a los chilenos a no votar en el plebiscito de 1988 toda vez que se lo supon铆a viciado y fraudulento. La pol铆tica anterior, defendida apasionadamente en la Conferencia Nacional de Ad mapu 1988, es la que conducir谩 al quiebre. Los comunistas comienzan t铆midamente en 1987 y a plenitud en 1988, a virar su estrategia de "Rebeli贸n Popular" por una de participaci贸n en el proceso electoral, mientras los socialistas comandantes afirman su intenci贸n de sabotear el acto electoral tras su proclama: "La mitad del pueblo votando, la mitad del pueblo luchando".

Dos consignas, nucleadas bipolarmente, dar谩n cuenta de la nueva fragmentaci贸n de Ad mapu. El divorcio se consumar谩 una vez ocurrida la elecci贸n presidencial y parlamentaria de 1989. Entre fines de diciembre del 1989 y marzo de 1990, los automarginados-expulsados discuten su suerte e irrumpen en la escena pol铆tica regional, bajo la formula de Comisi贸n 500 a帽os de Resistencia para evolucionar hacia mediados del 1990 a Auki帽 Wallmapu Ngulam

El fin de las militancias pol铆ticas de los socialistas que dieron forma a Auki帽 Wallmapu Ngulam sea por la extinci贸n del PSc (1990-1991) o bien tratese de un rompimiento motivado por su debilidad les permitir谩 afirmar su independencia pol铆tica y posteriormente un discurso fundamentalista y anti partido. Auki帽 Wallmapu Ngulam no se contenta con demandar una ley como las otras organizaciones, m谩s bien quisieran que el Estado aceptar谩 una elaborada por ellos, en tanto "la" organizaci贸n representativa del pueblo mapuche. En su proyecto de ley marcan una diferencia fundamental con el resto del movimiento mapuche, ellos cuestionan que un Estado nacional les gobierne en su territorio (territorio mapuche), mientras los restantes parecen aceptarlo como un hecho que no se discute.

ONGs mapuche

Finalmente, forman parte del universo organizado mapuche de la transici贸n, las ONGs mapuche. Definidas como organismos no gubernamentales, corresponden al modelo de asociaciones de profesionales y t茅cnicos mapuche, que sin pretensiones de representatividad del pueblo mapuche ante el Estado, buscan un protagonismo en materias como el desarrollo. Al momento de inaugurarse el gobierno democr谩tico, las instituciones hab铆an logrado una legitimidad en la sociedad mapuche y la sociedad estatonacional, as铆 como un impacto no despreciable en el ejercicio de sus programas. Pero, por sobre todo, hab铆an favorecido que cuadros profesionales mapuche intervinieran en los problemas mapuche.

Cinco ONGs exist铆an al momento de la transici贸n: Sociedad Newen, Casa de la Mujer Mapuche, Sociedad Lonko Kilapan, Sociedad Pelondugun y el Centro de Estudios y Documentaci贸n Mapuche Liwen[16]. De ellas, las cuatro primeras actuaban sobre la poblaci贸n campesina mapuche, mientras la 煤ltima est谩 m谩s bien restringidas al medio urbano. Sociedad Newen obtuvo existencia jur铆dica a partir de 1982, aunque sus or铆genes remontan a 1975. Su trabajo se enmarca en el desarrollo rural de las reducciones mapuche y su prop贸sito es el fortalecimiento del principio de solidaridad en la comunidad.

La Casa de la Mujer Mapuche no es en rigor un proyecto en manos de mapuche, viviendo estos 煤ltimos a帽os un proceso paulatino de traspaso desde manos profesionales no mapuche a mapuche. Naci贸 en 1982 como proyecto abocado a las mujeres campesinas mapuche, en la idea de favorecer su desarrollo y su capacidad de generar recursos a partir del trabajo artesanal. Sociedad Lonko Kilapan nace en 1986 aunque sus origenes se remontan a 1984 producto del 茅xodo de t茅cnicos y profesionales mapuche del Instituto Ind铆gena, que buscan protagonismo en el desarrollo mapuche. Su acci贸n se desarrolla en el campo de las asesor铆as, capacitaciones y transferencia tecnol贸gica y tambi茅n en el terreno de la promoci贸n y el desarrollo de la cultura mapuche y su organizaci贸n.

Sociedad Pelondugun inici贸 una existencia legal a partir de 1989, aunque inoficiosamente trabajo desde 1985; su acci贸n cubre los campos de asesor铆as, capacitaciones, apoyo y fomento a la producci贸n mapuche, as铆 como investigaci贸n cient铆fica sobre la realidad mapuche y la edici贸n de publicaciones. Centro de Estudios y Documentaci贸n Mapuche Liwen (CEDM-Liwen) nace en 1989 con antecedentes en 1987 . Su preocupaci贸n ha sido la constituci贸n de un centro de documentaci贸n sobre la tem谩tica mapuche y 茅tnico nacionalitaria, y la reflexi贸n pol铆tica de la situaci贸n de dominaci贸n en que viven los mapuche.

Todas ellas conformaron a partir de finales de 1989, una coordinaci贸n de instituciones mapuches que ha tenido desde entonces una destacada presencia en la regi贸n mapuche, con participaci贸n tanto en la acci贸n movilizaciones contra la celebraci贸n del Quinto Centenario en 1990, el desalojo de mapuche pewenche en el valle de Quinquen, la construcci贸n de la represa en Alto Biobio , reflexi贸n organizaci贸n y participaci贸n en seminarios, foros y charlas sobre desarrollo mapuche , difusi贸n y extensi贸n organizaci贸n de eventos culturales y rescate de tradiciones como el we tripant眉 , publicaciones edici贸n de revistas, boletines y cartillas informativas , etc.

A excepci贸n de CEDM Liwen, las instituciones no han desarrollado un discurso propio que le d茅 un perfil a cada una. En principio, el discurso de la autonom铆a, comprendida como un gobierno regional aut贸nomo, con una asamblea regional aut贸noma y un estatuto de garant铆as para los habitantes de la regi贸n (discurso de CEDM Liwen), ha sido una formula m谩s/menos aceptada al interior de la Coordinadora de Instituciones Mapuche y s贸lo resistida por los militantes de partido estatonacionales (especialmente localizados en Sociedad Lonko Kilapan con v铆nculos con el Partido por la Democracia (PPD)). Este 煤ltimo juicio me permite establecer una peque帽a clasificaci贸n en el sentido de las ya hechas anteriormente. CEDM Liwen, S. Newen, S. Pelondugun, Casa de la Mujer Mapuche, representan instituciones sin vinculaciones pol铆ticas aunque las hayan tenido en el pasado y con una fuerte posici贸n de autoafirmaci贸n 茅tnica o nacionalitaria. En cambio Lonko Kilapan (y 煤ltimamente se ha agregado una nueva ONG mapuche: Xen Xen) se debaten en una doble fidelidad pues existen personas que militan en partidos chilenos (PPD) y otras que no.

1. 2. Los chilenos

El gobierno, el parlamento y la justicia, es decir el Estado, han representado hist贸ricamente tres instancias operando en lo estrat茅gico bajo la l贸gica hist贸rica de asimilar/incorporar al mapuche al estado-naci贸n chileno. No obstante, dado la recuperaci贸n democr谩tica y los conflictos de intereses en la sociedad chilena, dichos poderes se encontraban en manos de fuerzas pol铆ticas con discursos distintos. En otras palabras, en la transici贸n a la democracia, cada uno de estos poderes aparece controlado por voluntades pol铆ticas distintas. Estas voluntades pol铆ticas distintas representan modelos de sociedad y de convivencia social no necesariamente antag贸nicos, pero s铆 lo suficientemente diferentes como para mantenerse distantes.

Fuerzas democr谩ticas y el control del gobierno

El gobierno, en manos de la Concertaci贸n, ha postulado --bajo la influencia de una peque帽a pero influyente corriente indigenista-- la necesidad de "una verdadera integraci贸n a partir del reconocimiento de la diversidad cultural que existe en el pa铆s"[17]. A esta integraci贸n se le quiso dar rango constitucional, puesto que ello "no atenta contra la unidad nacional, ni en sus aspectos pol铆ticos, ni sociales"[18.].

No obstante, siendo la Concertaci贸n --soporte pol铆tico del gobierno-- una alianza supra partidaria, su discurso pol铆tico no es 煤nico. Al coexistir en la Concertaci贸n partidos de izquierda (Partido Socialista de Chile (PS), Partido Democr谩tico de Izquierda (PDI), Partido Por la Democracia (PPD)), centro (Partido Radical (PR), Partido Dem贸crata Cristiano (PDC)), y centro derecha (Social Democracia (SD))[19] sin decantar sus diferencias de fondo, la Concertaci贸n es m谩s una colecci贸n de discursos que un referente con ideas 煤nicas. Por lo dem谩s, las fuerzas pol铆ticas que integran la Concertaci贸n, se agrupan a la vez en dos subpactos conocidos como concertaciones chicas. El subpacto PS, PPD, PDI, cuyo abanderado es el economista socialista Ricardo Lagos; y el subpacto PDC, PR, SD, cuyo l铆der es el recientemente electo Presidente de la Rep煤blica Eduardo Frei. Seg煤n lo anterior, hay un sector de izquierdista renovada y otro de centro derecha cohabitando en armon铆a, pero que no dejan de participar de visiones distintas frente a la cuesti贸n ind铆gena. Por ello, el discurso del gobierno --esencialmente integracionista-- tiene m谩s de una versi贸n. En su versi贸n m谩s buen salvaje se desarrolla como sigue:

...adem谩s de constituir las raices de nuestra nacionalidad, representan hoy d铆a un cumulo de valores que la sociedad chilena busca afanosamente. A pesar de la dif铆cil condici贸n material en que viven, poseen valores, tradiciones y patrones culturales que la sociedad moderna ha perdido o ha olvidado. Son un permanente llamado de atenci贸n para amplios sectores del pa铆s, en especial para su juventud. La fuerza moral que les ha permitido sobrevivir en dif铆ciles circunstancias es una reserva de enorme riqueza que tiene nuestra sociedad"[20].

Y en su versi贸n nacionalista dominante del siguiente modo:

Una cosa es que se generen los mecanismos para que ellos desarrollen su cultura, su lengua y sus raices, pero otra es esa suerte de hacer un Estado dentro de otro Estado. Eso es inaceptable. En Chile somos trece millones de chilenos[21].

El parlamento, una trinchera de las fuerzas del status quo

Aylwin gan贸 con el 54 % de los votos, pero el resultado de la elecci贸n parlamentaria fue diferente. Bajo el sistema electoral binominal y la instituci贸n de los senadores designados, la Concertaci贸n quedo en minor铆a en la c谩mara de senadores y mayor铆a en la c谩mara de diputados.

Las fuerzas pol铆ticas que expresan la mantenci贸n del statu quo son Renovaci贸n Nacional (RN), la Uni贸n Dem贸crata Independiente (UDI) y La Uni贸n de Centro Centro (UCC). Tambi茅n, marginalmente, el Partido del Sur de la regi贸n mapuche. Los dos primeros nacen desde el r茅gimen de Pinochet y est谩n conformados por elementos que participaron de 茅l. Sus diferencias parecen estar en el 茅nfasis que se da a la obra del r茅gimen militar, cuesti贸n a lo que los primeros admiten cambios en funci贸n de mejorarlas mientras los segundos preferir铆an conservarlas. La UCC juega a una especie de oportunismo, situ谩ndose justo en medio de la Concertaci贸n y la derecha, buscando alianzas seg煤n convenga a sus prop贸sitos de institucionalizarse como partido. En este bloque se ubican los discursos asimiladores, que van a recurrir permanentemente a los supremos intereses patrios, la unidad de Chile, la raza s铆ntesis, etc.

Creo que los ind铆genas de Chile le deben a la llegada de los espa帽oles, mucho de lo que hoy exhiben: una cultura mezclada con una cultura del viejo continente; con una filosof铆a de vida y con creencias que en su conjunto constituyen hoy una verdadera naci贸n latinoamericana, cuyos cimientos son dif铆ciles de socavar[22].

La justicia, un baluarte hist贸rico del status quo

Finalmente, el poder judicial siempre ha sido incondicional de los grupos de poder. Escud谩ndose en el "imperio de la ley", ha manifestado una vocaci贸n hist贸rica a favorecer en sus fallos a los usurpadores de tierras mapuche. As铆, cuando la fuerza y la violencia de la rapi帽a a expoliado tierras mapuche, el poder judicial se ha mostrado complaciente y ha favorecido a los nuevos "conquistadores". Un caso ilustrativo lo constituye el reciente conflicto en el valle de Quinquen[23]. All铆, la propiedad es reconocida a ocupantes que exhiben t铆tulos inscritos en el conservador de Bienes Raices de Temuco, con no m谩s de 70 a帽os de antig眉edad. Mientras, la poblaci贸n mapuche pewenche, que ha vivido all铆 desde antes de la fundaci贸n de la rep煤blica, y que jam谩s ha vendido a nadie sus tierras, esta amenazada de desalojo.

1. 3. Poderes morales y poderes reales

Los mapuche

Los mapuches entraron a la transici贸n democr谩tica (diciembre, 1989) divididos en al menos tres bloques (se sumar铆a m谩s tarde la Comisi贸n 500 a帽os de Resistencia). El primero representado por aquellas organizaciones coordinadas en la Futa Trawn Ki帽iwan Pu Mapuche (siete organizaciones en principio para terminar reducidas a cuatro y con Nehuen Mapu con un pie afuera y otro dentro). El segundo, por las organizaciones vinculadas al trabajo de la Comisi贸n T茅cnica de Pueblos Ind铆genas de la Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos (27 organizaciones entre mapuche, aymara, rapa nui, atacame帽as). Finalmente, el representado por las ONGs mapuche, que fundaron en 1990 una Coordinadora de Instituciones Mapuche.

Estos bloques operaban dispersos y en un clima de recriminaciones y desconfianzas mutuas. Las organizaciones del primer bloque eran reconocidas como organizaciones instrumentales de los partidos chilenos, y como tales, obedientes a los mandatos de los partidos chilenos. "... necesitamos decir derechamente que no es bueno para la causa del Pueblo Mapuche que exista una gran cantidad de organizaciones que dicen representarla, creemos si que son leg铆timas pero vemos con preocupaci贸n como algunos obedecen claramente a posiciones ideol贸gicas, a caudillismos est茅riles, a beneficios puntuales y a causas ajenas a las necesidades de nuestros hermanos"[24].

Las organizaciones del segundo bloque, en cambio, eran acusadas de ser utilizadas por la Comisi贸n de Derechos Humanos. En tanto tal, se les reprochaba abandonar la responsabilidad de construir desde el propio pueblo mapuche, las propuestas de soluci贸n a la problem谩tica mapuche:

Esta Coordinadora Unitaria de organizaciones mapuche, est谩 dispuesta a denunciar y rechazar todo tipo de utilizaci贸n de parte de organismos particulares y estatales que han encontrado en el pueblo mapuche motivos para beneficiarse ego铆stamente. Justific谩ndose en un mal llamado APOYO hacia los ind铆genas y que durante estos a帽os han proliferado en forma desmesurada. Ante esto se afirma que s贸lo las organizaciones del pueblo mapuche realizar谩n las gestiones tendientes al desarrollo del pueblo mapuche en forma real e 铆ntegra[25].

Ambos bloques, con el prop贸sito de acercarse al poder, levantaron candidaturas a diputados (1989) con resultados negativos. Su d茅bil inserci贸n en la sociedad mapuche y respaldo pol铆tico por la sociedad mapuche quedo entonces en evidencia. S贸lo un mapuche llegar铆a al parlamento, pero no representando a los mapuche en estricto sentido. "La tesis m铆a no es una tesis indigenista: yo soy un parlamentario de un partido pol铆tico y los candidatos indigenistas que se presentaron como tales en la zona, se perdieron todos. Yo no me present茅 como candidato indigenista, sino como candidato DC". Y m谩s a煤n: "Nunca me he planteado como un candidato mapuche. No, yo soy diputado dem贸crata cristiano y por lo tanto, no s贸lo represento al sector mapuche, sino que a todo el sector de la ciudad. Esto es lo que mucha gente no logra entender. Yo no me he encasillado"[26].

La Concertaci贸n

Las Concertaci贸n gan贸 en las elecciones del 1989 el ejecutivo (presidencia). Con este triunfo, la Concertaci贸n conquisto la posibilidad de gobernar el estado-naci贸n, y comenzar a dar soluci贸n a los problemas acumulados en tantos a帽os de dictadura. A la vez, la Concertaci贸n pudo acceder al poder legislativo, con lo cual abri贸 camino a las reformas que su programa promov铆a. Los esca帽os al interior de este bloque se distribuyeron como sigue: 13 senadores para la DC, 4 para el PS, 3 para PR, 1 para PPD y 1 para SD. En los diputados, 38 para la DC, 17 para el PS, 7 para el PPD, 6 para PR, 2 para la SD y 2 para el MIDA.

Pero la llegada de la Concertaci贸n al parlamento no tuvo la espectacularidad de la llegada a la presidencia. Su mayoria en las preferencias electorales, s贸lo se transformo en relativa en el poder legislativo. En efecto, la correlaci贸n de fuerzas en el Senado quedaba entonces de 茅ste modo: 9 senadores designados por Pinochet m谩s 16 senadores de derecha electos, hac铆an un total de 25. Mientras la Concertaci贸n s贸lo reun铆a 22 senadores. En otras palabras, mayor铆a para la derecha o el statu quo. En la c谩mara de diputados: la derecha obtuvo 48 congresistas, mientras la Concertaci贸n 72. Para la Concertaci贸n sus diputados representaron el quorun necesario (4/7) para promover reformas constitucionales. Pero 茅sto no val铆a de mucho dado que ellas deb铆an ser ratificadas por un senado con mayor铆a de derecha.

En este cuadro, cualquier proyecto propiciado por Concertaci贸n en la c谩mara de diputados, pod铆a ser rechazado en la c谩mara de senadores. La necesidad de lograr acuerdos pol铆ticos con la derecha se impuso entonces como la v铆a para lograr algunos cambios, s贸lo que en esos t茅rminos no se pod铆a aspirar a mucho. Las 煤ltimas elecciones de diciembre 1993 han mantenido la correlaci贸n de fuerzas al interior del parlamento y hasta se podr铆a decir que han beneficiado a la derecha. En la elecci贸n de 1993, la derecha gan贸 dos diputados sobre los que ten铆a en perjuicio de la Concertaci贸n. As铆 las cosas, la Concertaci贸n hoy d铆a no reune el qu贸rum de cuatro s茅ptimos que le permit铆a propiciar enmiendas constitucionales, quedando a merced de la derecha.

La Derecha

Con los resultados anteriores, la derecha pod铆a respirar tranquila. Es cierto que se present贸 dividida a las elecciones presidenciales, pero la composici贸n del nuevo parlamento no pod铆a m谩s que dejarla satisfecha. Visto los resultados, la repartici贸n de esca帽os parlamentarios en su interior quedo como sigue. 13 senadores para RN, 2 para la UDI, 1 independiente y 9 designados. En cuanto a los diputados, 32 para RN, 14 para UDI y 2 independientes.


2. Conflicto estado naci贸n chileno/minor铆a 茅tnica nacional mapuche al fin de la dictadura comienzo de la transici贸n democr谩tica

Cuando el 11 de marzo de 1990, Patricio Aylwin jur贸 como nuevo Presidente de Chile, las esperanzas de justicia social de millones de chilenos, entraron con 茅l al palacio de gobierno. Entre quienes favorecieron con su voto al candidato de la Concertaci贸n, hab铆a conciencia de que a diferencia del r茅gimen militar autoritario, la nueva democracia --particularmente el nuevo gobierno-- favorec铆an una soluci贸n a las demandas sociales. Cual m谩s cual menos, todos los protagonistas de este periodo de la historia de Chile, al dar su voto a la Concertaci贸n hicieron sus apuestas en el sentido de dar satisfacci贸n a sus reivindicaciones. El movimiento mapuche tambi茅n hizo la suya, fundada en su percepci贸n del conflicto.

1. 1. El conflicto en la percepci贸n del movimiento mapuche

Al final de la dictadura, el movimiento mapuche exig铆a la derogaci贸n y reemplazo de los decretos leyes 2.568 y 2.750. Esta demanda expresaba un alto nivel de consenso en las organizaciones mapuche. Ellas, a muy temprano dictarse las leyes de Pinochet y ante la imposibilidad de negociar, frenar la divisi贸n de las reducciones y entrega de t铆tulos de dominio particulares, adoptaron esta demanda como central. Ilustrativo de ello, son las resoluciones de los congresos de las organizaciones y sus declaraciones p煤blicas. Admapu en su IV Congreso Nacional de 1985 acuerda: "1. Exigir la inmediata derogaci贸n del Decreto Ley 2.568 por atentar en contra de la integridad social y cultural del pueblo mapuche"[27].

En la mismo direcci贸n, la Asociaci贸n Arauco se propondr谩: "Luchar por la derogaci贸n inmediata del Decreto Ley N 2.568 que aparte de crear la divisi贸n de nuestras tierras, pretende terminar con nuestro Pueblo Mapuche"[28].Y, Nehuen Mapu, argumentar谩 que: "Nuestros avances han sido a costa de grandes sacrificios, porque conocemos lo que es la injusticia y la represi贸n, porque hemos tenido que soportar leyes como el D.L. 2.568 que atenta contra nuestro pueblo y es etnocida"[29]. Por 煤ltimo, una declaraci贸n del 14 de junio de 1987, dando cuenta de la creaci贸n del Futa Trawun Ki帽ewam Pu Mapuche, comunica que las organizaciones que lo componen se proponen dialogar sobre los temas que les unen. Entre estos, el "reemplazo del D.L. 2.568 por una Ley Ind铆gena de acuerdo a las necesidades y aspiraciones del pueblo mapuche, elaborada con la participaci贸n directa de sus organizaciones"[30].

En resumen, una s铆ntesis de las demandas comunes de seis de las principales organizaciones mapuche (Ad mapu, Nehuen Mapu, Choi帽 Folil Che, Asociaci贸n Mapuche Arauco Regi贸n del Bio Bio, Partido de la Tierra y la Identidad y Comisi贸n Nacional 500 A帽os de Resistencia Mapuche (Auki帽 Wallmapu Ngulam)), destaca en un lugar privilegiado la derogaci贸n de los decretos leyes 2.568 y 2.750, as铆 como el reconocimiento Constitucional de los pueblos ind铆genas. La lista contempla adem谩s, la condonaci贸n de deudas, atenci贸n m茅dica gratuita, provisi贸n de agua potable, electrificaci贸n rural, educaci贸n biling眉e, indemnizaci贸n o devoluci贸n de tierras usurpadas, asistencia t茅cnica y capacitaci贸n para los campesinos mapuche, y formaci贸n de profesionales con becas universitarias[31].

1. 2. El conflicto en la percepci贸n de las fuerzas democr谩ticas estato-nacionales

Aunque en los tiempos previos a la transici贸n a la democracia, la demanda del movimiento mapuche aparec铆a en segundo plano frente a la reclamaci贸n pol铆tica de poner t茅rmino a la dictadura; no quita que como demanda 茅tnico-gremial fuera central. As铆 lo entendieron las fuerzas democr谩ticas, quienes hicieron los mejores esfuerzos por incorporarla a sus programas, de manera de capitalizar el descontento del movimiento mapuche.

Un documento de la Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos (marzo 1990), destacaba entre las demandas espec铆ficas del Pueblo Mapuche, la siguiente. "Recuperaci贸n de la vigencia de los T铆tulos de Merced y de Comisario de Realengo y la derogaci贸n del decreto ley 2568 y modificaciones posteriores"[32]. La Concertaci贸n recogi贸 esta demanda y la expres贸 del siguiente modo: "desarrollar y proponer al gobierno, una nueva legislaci贸n acorde con los principios y metas de la Corporaci贸n y los Pueblos Ind铆genas"[33]. La propuesta de las fuerzas pol铆ticas democr谩ticas se enfocara as铆, sobre el reconocimiento constitucional, la creaci贸n de un instrumento legal para facilitar el desarrollo de los mapuche y garantizar la protecci贸n de sus tierras y recursos (nueva ley ind铆gena en sustituci贸n de los decretos leyes 2.568 y 2.750), la ratificaci贸n del Convenio 169 del OIT, y la consideraci贸n de casos espec铆ficos como las represas hidroel茅ctricas en el Bio Bio y el caso de Quinquen.

1. 3. El conflicto en la percepci贸n de las fuerzas conservadoras estato-nacionales

Si bien, dado la voluntad pol铆tica de los nuevos gobernantes, el escenario pol铆tico no era confrontacional (como ocurr铆a en los a帽os de dictadura); no es menos cierto que involucraba igualmente tensi贸n. Las fuerzas representantes del continuismo, se manten铆an fieles a las ideas expresadas en los decretos leyes. 2.568 y 2.750. En el nuevo escenario pol铆tico, la derecha se parapetaba en el parlamento para bloquear las reformas que el pa铆s deseaba, entre ella la mapuche

La posici贸n de la derecha frente a la cuesti贸n mapuche, era mantener el statu quo y defender la pol铆tica asimilacionista del r茅gimen anterior. Esta posici贸n se manifiesta en declaraciones como la de Alfonso Marquez de la Plata Irarrazaval (ex Ministro de Agricultura de la dictadura), quien en reacci贸n a la intenci贸n declarada por Aylwin de derogar los decretos leyes 2.568 y 2.750 y suspender la divisi贸n de comunidades ind铆genas (intenci贸n m谩s bien simb贸lica, dado que la vasta mayor铆a de las comunidades ya se encontraban divididas cuando el nuevo gobierno asumi贸) dijo:

La aplicaci贸n del D.L. 2568 fue un 茅xito a pesar de la oposici贸n de algunos pol铆ticos que nunca han cre铆do en la propiedad privada y que quisieron, como ahora, convencer a la opini贸n p煤blica que los campesinos mapuches son "comunitarios" ... el iniciar experiencias colectivas en el campo a fines del siglo veinte, cuando se derrumban las economias socialistas, parece algo surrealista[34].

1. 4. Interpretaci贸n del conflicto

Si bien no es f谩cil hablar de una percepci贸n 煤nica entre los mapuche, est谩 claro que la posici贸n del movimiento mapuche frente a los decretos leyes, era de total rechazo. Pero esto no era lo 煤nico que preocupaba al movimiento mapuche. Tambi茅n se encontraba muy enraizado en las organizaciones mapuche la demanda por "reconocimiento constitucional". Esta demanda impugnaba el car谩cter mono茅tnico que la Constituci贸n de 1980 reconoce al estado-naci贸n.

En el discurso anti dictadura del movimiento mapuche, la pluri茅tnicidad de Chile, as铆 como su multiculturalidad y poliling眉铆smo, deb铆an quedar garantizados en la Constituci贸n. Esto se conceb铆a como la formula que impedir铆a en el futuro que los derechos de los pueblos minoritarios no fueran cuestionados arbitrariamente en otra administraci贸n. La demanda por reconocimiento constitucional, aunque no definida m谩s all谩 de eso, se transformaba de este modo en una cuesti贸n estrat茅gica para el movimiento mapuche. Ella cruzar铆a todos los programas de las organizaciones que lo componen. "Exigimos al grupo de Estudios Constitucionales que en la nueva carta fundamental de la Rep煤blica, se reconozca y considere la plena existencia del pueblo mapuche y las otras minor铆as 茅tnicas del pa铆s"[35].

La Concertaci贸n de Partidos por la Democracia ten铆a claro seg煤n se desprende de sus documentos que hab铆a que dar salida a la demanda del movimiento mapuche por derogar los decretos leyes 2.568 y 2.750. Esas leyes hab铆an sido excomulgadas por el movimiento mapuche, y en tanto tales, identificadas y denunciadas como las causantes de todos los males que el pueblo mapuche ven铆a experimentando.

La necesidad de una nueva ley ind铆gena era la condici贸n sine qua non para apaciguar los 谩nimos del movimiento mapuche. S贸lo as铆 se podr铆a comprometer el voto mapuche e integrar el movimiento mapuche al proyecto de recuperar la democracia. Por lo dem谩s, se trataba de una cuesti贸n de "reparaci贸n", seg煤n se desprende del ambiente de la 茅poca, cargado de una revalorizaci贸n de la democracia y del esp铆ritu de justicia. Esp铆ritu de justicia que es el resultado de la conculcaci贸n de derechos c铆vicos por tantos a帽os, a un pa铆s con una larga tradici贸n democr谩tica.

Pero no se trataba de hacer una ley ind铆gena "para" los mapuche s贸lo por cumplir. Estos hab铆an impugnado la ley ind铆gena de la dictadura, entre otras cosas, porque no les permiti贸 participar en su elaboraci贸n, enter谩ndose del contenido del texto cuando ya estaba promulgada. En el contexto de la recuperaci贸n de la tradici贸n democr谩tica del pa铆s, los mapuche reivindicaban la recuperaci贸n de la tradici贸n de participaci贸n en la elaboraci贸n de la ley. En efecto, y para no retroceder tanto en el tiempo, en la dictaci贸n de la ley inmediatamente anterior a la de Pinochet ley 17.750 del gobierno de Salvador Allende los mapuche hab铆an participado en la generaci贸n del proyecto de ley. Los parlamentos de Ercilla en 1969 y Temuco en 1970 fueron el mecanismo para promover la participaci贸n mapuche en la generaci贸n de ese proyecto de ley, y el movimiento mapuche ten铆a esto muy fresco en la memoria.

Se trataba entonces de una nueva ley ind铆gena "con" la participaci贸n de los mapuche. Por lo cual, hacer de la generaci贸n del proyecto un hecho lo m谩s participativo posible, le entregar铆a al texto --una vez sancionado-- una legitimidad que comprometer铆a el respeto del movimiento mapuche. El asunto de la participaci贸n entra帽aba entonces una cuesti贸n t谩ctica que no deb铆a ni pod铆a ser descuidada por el nuevo gobierno. Efectivamente, obedeciendo a esa voluntad pol铆tica --y al trabajo que ya hab铆a desplegado la Comisi贸n Chilena de derechos Humanos y su Programa de Derechos Humanos y Pueblos Ind铆genas-- la Concertaci贸n asumi贸 el esfuerzo de convocar a los Pueblos Ind铆genas para pedirle una opini贸n respecto a una nueva ley ind铆gena.

Entre las principales ideas que les proponemos se encuentra el reconocimiento de los pueblos que Uds. integran, de sus culturas e identidades propias as铆 como la protecci贸n de sus tierras y recursos naturales a trav茅s del ordenamiento jur铆dico constitucional y legal. Tambi茅n proponemos una Corporaci贸n Nacional de Desarrollo Ind铆gena que posibilite vuestra participaci贸n en la resoluci贸n de los problemas que les afectan y la creaci贸n de un Fondo Nacional de Etnodesarrollo que permita el fomento de su agricultura, ganader铆a y artesan铆a[36].

Por su parte, los nost谩lgicos del r茅gimen militar, que hab铆an apostado a liberar tierras mapuche al mercado (en la idea que pasaran a formar parte de latifundio, empresas forestales, tur铆sticas u otras) vieron frustrados sus deseos con el triunfo de la opci贸n NO en 1988 y luego de Patricio Aylwin en 1989. La Concertaci贸n ten铆a un expl铆cito discurso contrario a los decretos leyes. 2.568 y 2.750, de donde quedaba claro para ellos que su preocupaci贸n ser铆a tratar de conservar lo conquistado. Su labor desde el parlamento se reducir铆a entonces, a procurar que esa futura ley no fuera todo lo bueno que promet铆a y que obviamente iba en sentido opuesto a sus intereses y expectativas.


3. Negociaci贸n del conflicto estado naci贸n chileno/minor铆a 茅tnica nacional mapuche en la transici贸n democr谩tica

Vencido el obst谩culo de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 1989, el camino para un per铆odo de negociaci贸n quedaba abierto. Sin embargo, 茅ste no ser铆a un camino de rosas. La sociedad estado-nacional vivi贸 por a帽os polarizada, y se trataba ahora era de convivir bajo los valores de la tolerancia y el respeto. La democracia retornar铆a paulatinamente al pa铆s, y no ha estado exenta de momentos de tensi贸n (acuartelamientos militares de diciembre 1990 y julio 1993), protestas, paros y huelgas.

1. 1. El escenario pol铆tico en la negociaci贸n del conflicto estado naci贸n chileno/minor铆a 茅tnica nacional mapuche

En el terreno de las relaciones Estado naci贸n/minor铆as 茅tnicas, algunas organizaciones no vinculadas al gobierno, como Auki帽 Wallmapu Ngulam, comenzaron a acaparar las noticias. En efecto, sus "recuperaciones" de tierra --con un impacto enorme en la sociedad estatonacional-- pusieron en jaque al ejecutivo, favoreciendo un reagrupamiento de la derecha en el parlamento. La acci贸n en bloque de la derecha impidi贸 que se avanzara en la discusi贸n de una legislaci贸n para los ind铆genas. El gobierno debi贸 retirar en 1991 el proyecto que hab铆a enviado a la c谩mara de diputados, esperando una vuelta a la calma. La promulgaci贸n de la nueva ley se fue aplazando hasta el final del per铆odo de gobierno de la Concertaci贸n.

1. En adelante Concertaci贸n.
2. Ver Jos茅 Bengoa, "En Torno al Plebiscito", N眉tram IV, n 4(1988): 7-23.
3. Un ciclo se caracteriza entre otros factores porque hay un rol protag贸nico de las organizaciones mapuches, as铆 est茅n o no controladas por los partidos pol铆ticos. Desde este punto de vista un ciclo de movilizaci贸n mapuche es un per铆odo en que la iniciativa en el enfrentamiento o en la negociaci贸n con el Estado est谩 en manos del movimiento mapuche, gracias a su capacidad de movilizaci贸n. La actitud del Estado (represi贸n o negociaci贸n) es una respuesta a la movilizaci贸n. Cuando esta capacidad de movilizaci贸n desaparece (como fue el caso a fines del per铆odo de la dictadura), la negociaci贸n se puede dar, pero el protagonismo viene del Estado, quien la convoca organiza y dirige.
4. Para una caracterizaci贸n del movimiento mapuche ver Jos茅 A. Mariman, "Cuesti贸n Mapuche, Descentralizaci贸n del estado y Autonom铆a Regional," Caravelle 59 , (1992):195-199. Tambi茅n Jos茅 A Mariman, "Movimiento Mapuche. Transici贸n Democr谩tica en Chile (1989-1993): Nuevo Ciclo Mapuche? Tesis, Universidad de la Frontera, 1993, 7-18. Todas las organizaciones aqu铆 mencionadas operan en territorio mapuche.
5. "Problema Ind铆gena", La Naci贸n 11 Oct.1992: 2do. cuerpo.
6. Ver Estanislao Gacit煤a, "Hacia un marco interpretativo de las movilizaciones mapuches en los 煤ltimos 17 a帽os", N眉tram n 28, (1992):22-44.
7. En principio pertenecieron a 茅sta alianza la Buta Huillimapu de Osorno, la Uni贸n Araucana y la Sociedad Araucana de Temuco.
8. Fernando Quilaleo, Cristian Catricura y Galvarino Reiman, Ad mapu Santiago, entrevista, La Tercera , 02 Oct. 1992.
9. Mario Millapi, Presidente de Nehuen Mapu entrevista, N眉tram V, n 2 (1989): 15.
10. Callfulican, Bolet铆n Informativo (Temuco: octubre 1992).
11. Aroldo Cay煤n, entrevista , N眉tram V, N 2 (1989): 6.
12. Cay煤n, entrevista 6.
13. Partido de la Tierra y la Identidad, "Declaraci贸n de Principios del Partido de la Tierra y la Identidad" (Santiago, Chile: PTI marzo 1989).
14. "Segundo acuerdo de los pueblos Ind铆genas de Chile, Niagara 27 y 28 de enero de 1990", N眉tram VI, N 1 (1990): 10-11.
15. Ver Jos茅 A. Mariman, "La Organizaci贸n Mapuche Auki帽 Wallmapu Ngulam," Centro de Estudios y Documentaci贸n Mapuche-Liwen (no publicado) Denver, U.S.A., abril 1995.
16. Aqu铆 se han considerado s贸lo las que operan en territorio mapuche.
17. Jos茅 Aylwin y Enrique Besnier, "Demandas de los Pueblos Ind铆genas de Chile en la Transici贸n Democr谩tica (Santiago, Chile: Comisi贸n Chilena de Derechos Humanos, Programa de Derechos Humanos y Pueblos Ind铆genas, 1990): 18.
18. Aylwin y Besnier, Demandas .
19. Originalmente pertenecieron a la Concertaci贸n tambi茅n, los partidos Izquierda Cristiana (fusionado hoy al Partido Socialista), Mapu, Humanista, y el Partido Alianza de Centro.
20. La Naci贸n, Documento de la Comisi贸n Especial de Pueblos Ind铆genas (Santiago, Chile: CEPI, 15 Oct. 1992).
21. Ricardo Lagos (precandidato presidencial de la Concertaci贸n (PPD) en visita a Temuco), entrevista, El Mercurio 06 Nov. 1992.
22. Francisco Bayo (diputado RN), opini贸n, Diario Austral 13 Oct.1992.
23. Ver Jos茅 Bengoa. Quinqu茅n. 100 A帽os de Historia Pehuenche , (Santiago, Chile: ediciones Chile Am茅rica CESOC, 1992): 136.
24. "Propuesta de la Asociaci贸n Nacional Mapuche 'Nehuen Mapu'", N眉tram edici贸n especial (1989).
25. "Declaraci贸n p煤blica de' Futa Trawn Ki帽ewan pu Mapuche", N眉tram III, n 3 (1987): 3 4.
26. Francisco Huenchumilla (diputado),entrevista, Diario Austral 16 Oct. 1991.
27. Resoluciones del IV Congreso Nacional, de la Asociaci贸n Gremial de Peque帽os Agricultores y Artesanos Mapuche AD MAPU, N眉tram II, N 2 (1986): 4.
28. Nuestra Organizaci贸n Mapuche "Arauco" Regi贸n del B铆o b铆o" N眉tram III, N 3 (1987): 6.
29. "Convocatoria al II Congreso Nacional de la Asociaci贸n Mapuche "NEHUEN MAPU", N眉tram IV, n 4 (1988): 4.
30. Declaraci贸n p煤blica del Futa Trawun 3.
31. Para un listado de las demandas de cada una de las organizaciones, ver "El Pueblo Mapuche a los Partidos Pol铆ticos a la Sociedad Chilena y al Futuro Gobierno democr谩tico para Exigir la Presente Demanda", N眉tram edici贸n especial (1989): 25-28; Propuesta de la Asociaci贸n Nacional Mapuche "Nehuen Mapu" 29-46; "Resoluciones y Demandas de la Tercera Asamblea "Choi帽 Folil Che", N眉tram V, N 3 (1989): 29 30; Nuestra Organizaci贸n Asociaci贸n Mapuche "Arauco" 5-7; Trepei帽, 贸rgano oficial del Partido de la Tierra y la Identidad PTI, septiembre 1992; "Propuesta de la Comisi贸n 500 a帽os de Resistencia", N眉tram edici贸n especial (1989):50-51.
32. Aylwin y Besnier, Demandas 12.
33. Aylwin y Besnier, Demandas 19.
34. "Las Comunidades Mapuches", editorial, El Mercurio , 06 Jun.1990.
35. Resoluciones del IV Congreso Nacional AD MAPU 4.
36. Aylwin y Besnier , Demandas 25.
37. Melill谩n Painemal, entrevista, N眉tram IV, N 3 (1988): 8.
38. Resoluciones del IV Congreso Nacional AD MAPU 7.
39. Declaraci贸n P煤blica Futa Trawun 7.
40. Aylwin y Besnier, Demandas 4.
41. "Discurso del Presidente de la Rep煤blica con Motivo del Acto de la Comisi贸n Especial de Pueblos Ind铆genas", N眉tram VI, N 2 (1990): 44.
42. Discurso del Presidente de la Rep煤blica con Motivo del Acto CEPI 44.
43. Sergio Diez (senador RN), entrevista, Diario Austral 22 Oct.1991.
44. Teodoro Rivera (diputado RN), entrevista, Diario Austral 22 Oct.1991.
45. Francisco Bayo (diputado RN), entrevista, Diario Austral 25 Oct. 1991.
46. Consorcio Agr铆cola del Sur Rechaza Ocupaci贸n de Predios Agr铆colas, opini贸n, Diario Austral 24 Oct. 1991.
47. Chile, Acta de la Sesi贸n 6 ,C谩mara de Diputados 9 Jun. 1992.
48. Chile, Constituci贸n pol铆tica de la Rep煤blica de Chile , (Santiago, Chile: editorial Jur铆dica de Chile, 1990): 12.
49. Chile, Acta de la Sesi贸n 6
50. Constituci贸n 26.
51. Chile, Acta de la Sesi贸n 6
52. Constituci贸n 54.
53. Chile, Acta de la Sesi贸n 6
54. Chile, Acta de la Sesi贸n 6
55. Eduardo Castillo (jefe del proyecto de Pueblos Ind铆genas de la Comisi贸n de Derechos Humanos de Temuco), entrevista, Qu茅 Pasa 18 Oct. 1991.
56. Jos茅 Santos Millao (consejero mapuche de la CEPI) discurso, El Mercurio 29 Sept. 1993.
57. Patricio Aylwin Az贸car, discurso, El Mercurio 29 Sept. 1993.
58. Monse帽or Sergio Contreras, entrevista, Diario Austra l 29 Sept. 1993.
59. Marcelina Neculqueo, entrevista, Diario Austral 29 Sept. 1993.
60. Sergio Diez Urz煤a. "Derecho Internacional y Pueblo", Diario Austral 26 Nov. 1991.
61. Diez, Derecho .
62. "Proyecto y propuesta de los derechos fundamentales de la naci贸n mapuche en las elecciones de presidente, senadores y diputados" (borrador), (Temuco, Chile: Auki帽 Wallmapu Ngulam, junio de 1993).
63. Decreto Ley 2.750 de 1979.

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* Resoluciones y demandas de la tercera asamblea "Choi帽 Folil Che ". (1989). Santiago, Chile: N眉tram V, n 3.
* Segundo acuerdo de los pueblos Ind铆genas de Chile, Niagara 27 y 28 de enero de 1990 . (1990). Santiago, Chile: N眉tram VI, N 1.

Por Mariman, J

Publicado: 1994-01-14 | Revisado: 2009-11-21 22:03:46 | Enlace de actual documento: http://www.mapuche.info/?pagina=69