2018-12-31 | Comunidades | MapucheComisi贸n pol铆tica, Coordinadora Arauco Malleco Apuntes para una historia de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM)Nuestra historia como CAM est谩 fuertemente marcada por sistem谩ticos procesos de represi贸n, criminalizaci贸n y persecuci贸n pol铆tica a nuestros militantes, es tambi茅n la historia de un proyecto pol铆tico que ha cristalizado los pilares ideol贸gicos del movimiento mapuche autonomista y anticapitalista. Es una historia de la resistencia, de construcci贸n pol铆tica desde abajo, de la clandestinidad y, sobre todo, una historia que expresa fielmente la dignidad de un pueblo que resiste los embates m谩s duros del sistema capitalista y colonial. Apuntes para una historia de la CAM desde la CAM.
Indudablemente, desde la aparici贸n de la Coordinadora Arauco Malleco se inicia un nuevo periodo en el conflicto abierto que diversos sectores del movimiento mapuche han sostenido hist贸ricamente contra el Estado naci贸n chileno. La CAM, de este modo, marca un antes y un despu茅s en la t谩ctica y estrategia que hasta el momento hab铆an nutrido a las luchas reivindicativas ind铆genas en general. Con todo lo que esto significa, nuestra organizaci贸n paulatinamente se fue transformando en una amenaza real para los intereses de las clases dominantes, las cuales no dudaron en desatar los mecanismos m谩s violentos para detener el avance ideol贸gico y material que nuestra organizaci贸n llevaba adelante.
En este sentido, si bien nuestra historia como CAM est谩 fuertemente marcada por sistem谩ticos procesos de represi贸n, criminalizaci贸n y persecuci贸n pol铆tica a nuestros militantes, es tambi茅n la historia de un proyecto pol铆tico que ha cristalizado los pilares ideol贸gicos del movimiento mapuche autonomista y anticapitalista. Es una historia de la resistencia, de construcci贸n pol铆tica desde abajo, de la clandestinidad y, sobre todo, una historia que expresa fielmente la dignidad de un pueblo que resiste los embates m谩s duros del sistema capitalista y colonial.
As铆, bajo ning煤n motivo la CAM es una organizaci贸n que se genere de alg煤n impulso espont谩neo por un pu帽ado de comuneros que buscaban recuperar cierta cantidad de tierras. Por el contrario, fue un trabajo de a帽os que nos llev贸 a constituir una estructura pol铆tica capaz de recoger el legado hist贸rico de lucha de nuestro pueblo naci贸n y dotar, sobre este, un proyecto anticapitalista y anticolonial que enfrentara condiciones actualizadas del sistema de dominaci贸n con el fin de lograr la reconstituci贸n territorial y la liberaci贸n nacional.
De este modo, si bien el germen de lo que posteriormente ser铆a conocida como la Coordinadora Arauco Malleco se encuentra en la historia de resistencia que diversas comunidades impulsaron en contra del despojo de la vida misma intr铆nseco al capital. Tambi茅n fue necesario para nosotros marginar de nuestro quehacer pol铆tico aquellas tendencias mapuche que confiaron en la institucionalidad estatal y en las distintas instancias promovidas por los aparatos burgueses para 鈥渄ar soluci贸n鈥 a un conflicto que, por su car谩cter, es imposible resolverlo por aquella v铆a.
Expresiones de tal confianza institucional las vimos reflejadas tambi茅n en organizaciones como Ad 鈥 Mapu o el Consejo de Todas las Tierras que en sus declaraciones pasaron de autonomistas, los que desde los a帽os 80s y durante los 90s mantuvieron v铆nculos estrechos con diversos partidos pol铆ticos winka y que, a trav茅s de las denominadas 鈥渙cupaciones simb贸licas鈥 de tierras como en el caso del Consejo de Todas las Tierras, promovieron la generaci贸n de presiones ef铆meras con el fin de resolver los conflictos por la v铆a institucional sin desestabilizar los intereses del Estado y el capital. Podr铆amos decir que tales din谩micas se sintetizaron en una supuesta v铆a 鈥渋nstitucional鈥 de soluci贸n del conflicto mapuche. Hasta tal punto lleg贸 este acercamiento organizativo, que muchos de sus dirigentes adoptaron acr铆ticamente las formas del quehacer pol铆tico partidario chileno, reproduciendo las l贸gicas corruptas que estos contienen y que impulsan de forma punitiva hacia nuestro pueblo.
En la ficticia transici贸n de Chile hacia la 鈥渄emocracia鈥 tales din谩micas encontraron un correlato f茅rtil que los lubric贸 y poco a poco fue atomizando las demandas mapuche a los marcos permitidos por el Estado. As铆, por ejemplo, se promulgaron acuerdos como los de Nueva Imperial en 1989 y, hacia 1993, se cristaliza la famosa Ley Ind铆gena de la cual se suspende todo un andamiaje institucional neoliberal. Una parte importante del movimiento mapuche durante los 90 se concentr贸 en c贸mo adaptarse de manera d贸cil a esta nueva reestructuraci贸n del Estado nacional que propuso, como renovada forma de dominio, todo un reordenamiento institucional y desarrollista para que el 鈥減ueblo mapuche鈥 pudiera acceder supuestamente a ciertos beneficios econ贸micos sociales. Inclusive este ordenamiento jur铆dico permit铆a adecuarse a la diplomacia ind铆gena internacional, cuesti贸n que gener贸 toda una clase burocr谩tica de mapuche que limit贸 su actividad pol铆tica a rondar en las resoluciones de organismos europeos que en la pr谩ctica no solucionaban nada. A esta 煤ltima, podr铆amos llamarle la 鈥渧铆a diplom谩tica鈥 de soluci贸n del conflicto mapuche.
No obstante, con el nacimiento de la CAM, la lucha por el territorio y la autonom铆a se vuelven una plataforma necesaria para alcanzar la Liberaci贸n Nacional Mapuche, a trav茅s del control territorial y de la participaci贸n m谩s amplia del mundo mapuche, que este se transforme en un conflicto real y con perspectivas para la reconstrucci贸n de la Naci贸n Mapuche.
Asumir la violencia pol铆tica como t谩ctica particular al periodo contempor谩neo de lucha por la liberaci贸n nacional se desprende de un diagn贸stico y praxis que articula la CAM y no de una reacci贸n espont谩nea y desesperada ante el poder, sin embargo estos planteamientos comenzaron a germinar en diversos procesos anteriores a la CAM y que son parte de la agudizaci贸n de las contradicciones que desarrollamos un grupo de militantes de la causa mapuche.
As铆 a mediados de los 90s, estallaron acciones de recuperaci贸n de tierras emblem谩ticos como los impulsados por las comunidades Juana Millahual y Pascual Co帽a, en los cuales se hicieron presentes diversos agrupamientos como el hogar mapuche Pegun Dugun y la Coordinadora Territorial Lafkenche, los cuales sirvieron como antesala a la formaci贸n de la CAM. Estas recuperaciones, a nuestro parecer, sirvieron como entrenamiento para muchos de los pu Kona ka pu Weichafe que posteriormente pasar铆an a integrar la Coordinadora Arauco Malleco entendiendo, a su vez, la necesidad de una organizaci贸n de distinta naturaleza y con objetivos pol铆ticos claros para atender las urgentes necesidades de lucha que se enfrentaban en ese ciclo.
De este modo, encontramos en los or铆genes de la CAM a un conjunto de sujetos, organizaciones y procesos que confluyen durante la segunda mitad de los 90s en un proyecto en com煤n. Para nosotros, uno de los hitos no reconocidos p煤blicamente fue el retorno a las comunidades de precisos militantes activos en las m谩s diversas luchas contra la dictadura y la falsa transici贸n del pa铆s al neoliberalismo, ya que con su presencia se fue profundizando una postura pol铆tica e ideol贸gica clara que centralizaba a la violencia pol铆tica como praxis fundamental para iniciar los procesos no tan s贸lo de recuperaci贸n de tierras, sino de control territorial total de diversos sectores del Wallmapu, condici贸n imprescindible para lograr una propuesta de liberaci贸n nacional.
La violencia pol铆tica como praxis; Lumaco y la primera quema de camiones.
Sin lugar a dudas, los sucesos de Lumaco 鈥 que concluyen con la quema de tres camiones el 1潞 de diciembre de 1997 鈥 marcan en la historia de la CAM y en el Movimiento Autonomista Mapuche un precedente fundamental. No obstante, a diferencia de lo mucho que se ha escrito sobre esta experiencia, que la hacen parecer como una acci贸n de car谩cter espont谩neo, consideramos que es prudente observarla como la expresi贸n concreta de una estrategia impulsada por la CAM para ese periodo proveniente, a su vez, de un diagn贸stico espec铆fico de las condiciones como pueblo y direccionada hacia una estrategia de agudizaci贸n de los enfrentamientos directos contra la inversi贸n capitalista en la zona, principalmente todo lo referido al 谩mbito de la industria forestal y los estragos que causaba en las comunidades mapuche.
En otras palabras, la CAM a trav茅s de los sucesos de Lumaco define conscientemente lo que ser铆a su praxis pol铆tica. Si bien tal praxis fue madurando con el pasar de los a帽os, singularmente esta se convirti贸 en un elemento distintivo de otras organizaciones mapuche existentes y predecesoras en dos sentidos espec铆ficos; por un lado, descartando de manera contundente la v铆a institucional y diplom谩tica opciones pol铆ticamente poco factibles para pensar y construir el camino a liberaci贸n nacional y, por otro, posicionando la violencia pol铆tica como un eje central de la t谩ctica organizativa. Por ambas cuestiones, con los eventos de Lumaco la CAM definitivamente marcaba un car谩cter ideol贸gico anticapitalista a la cuesti贸n nacional Mapuche y, de manera sustancial, se desligaba de sectores mapuche que continuaban creyendo en los reducidos espacios que dejaba la institucionalidad estatal la que es definida de tipo colonial.
A su vez, La CAM demostraba desde la praxis que era posible para el Movimiento Mapuche Autonomista revertir una parte considerable de las consecuencias que el aparato institucional 鈥搒intetizado en la Ley Ind铆gena 鈥 que a帽o por a帽o se ven铆a enquistando en el quehacer pol铆tico de las comunidades. Se daba cuenta, por tanto, que la pol铆tica mapuche no se atomizaba a ese campo de poder. No obstante, particularmente desde los eventos de violencia en Lumaco las clases en el poder identificaron una amenaza seria en la CAM ya que, a diferencia de otras organizaciones, esta inauguraba e impulsaba un rotundo ascenso de diversos procesos de control territorial los que por cierto est谩n y son desarrollados por fuera de la legitimidad convencional del Estado. As铆 se continuaron en una parte considerable del Wallmapu distintos procesos de lucha como en la Comunidad Pichilincoyan y Pilinmapu, las cuales se tomaron el fundo Pidenco de la forestal Arauco, recuperaci贸n emblem谩tica para la CAM y el Movimiento Mapuche Autonomista.
Fue tal la magnitud de esta expresi贸n de lucha, que desde aqu铆 nuestros enemigos hist贸ricos (la oligarqu铆a), comienzan a hablar abiertamente de terrorismo en las reivindicaciones mapuche, cuesti贸n materializada para este periodo con el encarcelamiento de 12 militantes mapuche bajo la amenaza de la invocaci贸n de la Ley de Seguridad del Estado y la criminalizaci贸n socio-medi谩tica al naciente Movimiento Mapuche Autonomista. Frente a esto, fueron muchas las comunidades que se aglutinaron en la Coordinadora Arauco Malleco y fueron muchos los militantes que engrosaron nuestras filas, y que hoy en d铆a son parte del movimiento mapuche en general.
La lucha Mapuche dejaba de ser una cuesti贸n marginal en la coyuntura pol铆tica, porque la resistencia en la disputa territorial cobra mucha fuerza y la acci贸n directa toma el protagonismo. Esto, desestabilizaba el ordenamiento de poder en Chile, el cual arremeti贸 con toda su fuerza.
Desde aqu铆, la clandestinidad como recurso organizativo se transform贸 en una necesidad urgente y nuestra organizaci贸n sufri贸 por lo mismo algunos desprendimientos.
La Operaci贸n Paciencia como medida de contrainsurgencia frente a la CAM
Desde su nacimiento y entrando al presente siglo, la CAM poco a poco se fue convirtiendo en unas de las expresiones m谩s claras y contundentes del Movimiento Mapuche Autonomista. Esto no fue meramente una cuesti贸n discursiva sino, m谩s bien, una capacidad pol铆tica real de responder al abuso hist贸rico que el Estado colonial y capitalista continuaba ejerciendo sobre el Wallmapu y que en los hechos perpetuaba el estado de opresi贸n de nuestro pueblo.
En medio de un prominente ascenso del conjunto de acciones directas que diversas comunidades impulsaban para llevar adelante sus reivindicaciones territoriales, fue la CAM quien tuvo la altura organizativa para aglutinar a un n煤mero importante de sectores mapuche en el camino de la resistencia y la reconstrucci贸n nacional y, a la vez, dotar a estos de un componente ideol贸gico de car谩cter anticapitalista y revolucionario. En tal contexto, esta capacidad expresada en concreto en el control territorial y las acciones directas, representaban un obst谩culo fundamental para la inversi贸n capitalista y las clases terratenientes de la zona, ya que significaba una amenaza real a sus intereses, es decir, la posibilidad de perder el territorio que ellos mismos, y sus predecesores, hab铆an usurpado para acrecentar su ganancia.
Para esto, durante el a帽o 2002, desde los altos niveles del Ministerio del Interior y, en t茅rminos pr谩cticos, desde las manos de Jos茅 Alejandro Bernales se articul贸 una operaci贸n de contrainsurgencia a trav茅s de la DIPOLCAR para anular la supuesta presencia terrorista que habitaba las luchas de recuperaci贸n territorial impulsadas principalmente por la CAM. Entonces, con la vuelta de siglo, la idea de terrorismo se instalaba fuertemente desde el Estado con la finalidad de destruir cualquier amenaza a sus intereses y, supuestamente, para erradicar cualquier intimidaci贸n que afectara la 鈥渟eguridad del pa铆s鈥. As铆 nace la denominada 鈥淥peraci贸n Paciencia鈥.
A nuestro parecer, tal operaci贸n se articul贸 de manera multidimensional y en t茅rminos de larga duraci贸n. Porque, la inteligencia pol铆tica ten铆a claro que solo con una ofensiva policiaca, los avances que hab铆a obtenido la CAM como organizaci贸n no podr铆an ser contrarrestados en su totalidad. As铆 que, m谩s all谩 de los montajes policiales, consideramos que la estrategia de este plan era impulsar adem谩s una serie de medidas desarrollistas, sintetizadas en las iniciativas de la CONADI de tipo pol铆tico-culturales, dependientes del integracionismo estatal y con efectos medi谩ticos, es decir, controladas por los medios de comunicaci贸n de masas, con el fin de lograr una desarticulaci贸n profunda de la CAM, a trav茅s de la seducci贸n de las comunidades por medio de beneficios clientelares (proyectos), lo que pretende destruir el ordenamiento comunitario ancestral y con ello, la producci贸n del sujeto 鈥渢errorista鈥 como el nuevo enemigo interno nacional al que hay que aislar y aniquilar.
De este modo, se justificaba la constante militarizaci贸n y paramilitarizaci贸n 鈥 ejemplo de esto es la aparici贸n del Comando Hern谩n Trizano 鈥 de las rutas que conectan las diversas comunidades del wallmapu, la proliferaci贸n de proyectos de desarrollo impulsado por el capital privado y estatal y la criminalizaci贸n de los procesos de recuperaci贸n territorial. En tal escenario, nuestra respuesta deb铆a ser contundente y avanzar desbordando los complejos modos de dominaci贸n que se nos impon铆an para arrinconar nuestros logros.
En noviembre del a帽o 2002 fue asesinado por carabineros Alex Lem煤n en una recuperaci贸n de tierras sostenida por la comunidad de Montutui Mapu, hecho que se enmarc贸 en la arremetida represiva que el Estado hab铆a comenzado a帽os atr谩s en contra de la CAM y, particularmente, vuelve a centralizar la idea de terrorismo para justificar la persecuci贸n pol铆tica a la que fue sometida nuestra organizaci贸n no tan s贸lo en t茅rminos de inteligencia policiaca, sino tambi茅n en t茅rminos medi谩ticos; para esta fecha el Mercurio 鈥 peri贸dico abiertamente de derecha 鈥 publica un listado que conten铆a nombres de diversos militantes de la CAM sindicados como responsables de establecer focos de violencia en sectores mapuche.
As铆, las arremetidas contra las comunidades que resistieron la construcci贸n de las represas en Ralco y Pangue a fines de los 90s y los distintos procesos de lucha mapuche de reivindicaci贸n territorial que hab铆amos venido dirigiendo hace a帽os. La muerte de Lem煤n, nos ense帽贸 que nuestra actividad pol铆tica estaba imposibilitada de ser p煤blica. Ya para el a帽o 2002, y con la operaci贸n paciencia desarroll谩ndose plenamente, todas las estructuras de la CAM entran en clandestinidad y se asume esta forma operativa como sustancial para el ejercicio pleno de nuestro proyecto pol铆tico de reivindicaci贸n territorial y pol铆tica para sentar las bases de la Liberaci贸n Nacional Mapuche.
Superando los obst谩culos que la inteligencia colocaba para nuestro desarrollo pol铆tico estrat茅gico este no claudic贸 en sus modos de lucha. Las evidencias de la t谩ctica impulsada por los sectores m谩s radicales del movimiento mapuche, en el cual la CAM se posicionaba como estandarte ideol贸gico y organizativo, se demostraba con n煤meros concretos; a comienzos de siglo ya se hab铆an recuperado efectivamente 17 mil hect谩reas de tierras ancestrales.
No obstante, la estrategia de criminalizaci贸n consegu铆a una de las primeras condenas a mapuche bajo la Ley Antiterrorista; los lonkos Pascual Pichun, de la comunidad de Temulemu, y Aniceto Norin, de la comunidad de Didaico, fueron condenados cinco a帽os y un d铆a de prisi贸n por amenazas terroristas a terratenientes de fundos en la IX regi贸n. Tal cuesti贸n abri贸 un panorama jur铆dico pol铆tico que nunca m谩s ha sido cerrado por el Estado chileno, inculpando una y otra vez y particularmente a la CAM de ejercer acciones de tipo terrorista.
Sin embargo la CAM en este per铆odo hasta finales del 2007 segu铆a desarrollando su estrategia basada en la resistencia y la reconstrucci贸n Nacional, pero tal vez lo m谩s caracter铆stico de esta fase, fue que nuestra organizaci贸n se fue ampliando en su radio de acci贸n pol铆tica, es decir, su presencia e influencia se extendi贸 a otros territorios, como la zona de Vilc煤n, Alto Bio Bio y el Butahuillimapu, situaci贸n que requiri贸 de mayor esfuerzo de tipo org谩nico y pol铆tico para direccionar la lucha territorial.
La muerte de Mat铆as Catrileo, la consolidaci贸n de los ORT como estructuras operativas y del weichafe como sujeto pol铆tico Mapuche
El 03 de enero del 2008 la comunidad Lleupeco de Vilc煤n, en la IX regi贸n, ingres贸 a hacer una recuperaci贸n territorial al fundo Santa Margarita, en manos del terrateniente Jorge Luchsinger. Esta era una de las tantas acciones en las cuales particip谩bamos como organizaci贸n en conjunto con distintos integrantes de las comunidades locales que d铆a tras d铆a comenzaban a considerar la reconstituci贸n territorial como una necesidad fundamental para nuestra liberaci贸n. En tal acci贸n, y bajo tales objetivos pol铆ticos, particip贸 nuestro destacado weichafe Mat铆as Catrileo junto a otros militantes de la CAM.
Este fundo, que ven铆a siendo custodiado por carabineros desde hac铆a un tiempo, hist贸ricamente ha sido parte del territorio ancestral que les fue usurpado a las comunidades del sector. Frente a esto, se decidi贸 revertir tal situaci贸n a trav茅s del control territorial mapuche, cuesti贸n que fue respondida a sangre y fuego por las fuerzas policiales protectoras de los intereses terratenientes, cayendo asesinado el pe帽i Mat铆as Catrileo por una bala disparada de forma cobarde y por la espalda, por el carabinero Walter Ram铆rez Inostroza. Un agente del Estado, raz贸n por la cual responsabilizamos directamente a las autoridades pol铆ticas y del Estado chileno de este asesinato pol铆tico.
En la historia interna de la CAM, la muerte de Mat铆as nuevamente motiva a la organizaci贸n a repensar el car谩cter de ciertas estructuras operativas que hab铆an sido tensionadas por las nuevas condiciones de seguridad, persecuci贸n y hostigamiento promovidas por el Estado y los terratenientes en el wallmapu. En t茅rminos concretos, desde el asesinato del Weichafe Catrileo, la CAM se comienza a poner en cuesti贸n la viabilidad de seguir impulsando los procesos de resistencia y autodefensa mediante grupos muy amplios de comuneros y comuneras. Las acciones de 鈥渕asas鈥, consider谩bamos, deb铆an coordinarse de otra manera para evitar los asesinatos pol铆ticos e incrementar los niveles de protecci贸n hacia nuestra militancia.
Tales din谩micas hab铆an generado graves problemas de seguridad ya que, pese a que siempre se realizaban con cierto grado de coordinaci贸n, expon铆an a un gran n煤mero de personas a escenarios riesgosos de violencia y represi贸n. Sumado a esto, no exist铆a la capacidad operativa ni el armamento b谩sico suficiente para responder de manera masiva ante las reacciones armadas de los terratenientes y los grupos paramilitares activos en las 谩reas de conflicto. De esta manera, con la muerte de Catrileo, la CAM decidi贸 evitar el impulso de acciones de un alto nivel operativo en las que participaran pu pe帽i o pu lagmen sin la preparaci贸n mental y f铆sica pertinente y sin la capacidad militar adecuada.
Evidentemente las denominadas 鈥渁cciones de masas鈥 no cesar铆an ya que siempre ocuparon un lugar central en la t谩ctica de la CAM, sin embargo, fue urgente la composici贸n de grupos operativos m谩s espec铆ficos que llevaran a cabo acciones de distinta complejidad log铆stica y que, a su vez, se articularan sobre una identidad territorial caracter铆stica pertinente a la diversidad de expresiones culturales mapuche en donde la CAM ten铆a alg煤n tipo de presencia. As铆, nacen los 脫rganos de Resistencia Territorial (ORT) como los grupos operativos fundamentales en la estrategia de la CAM.
Sin duda los ORT marcaron un hito fundamental en nuestra historia como organizaci贸n, ya que constituyeron la base pol铆tica y militar de nuestra t谩ctica para el nuevo periodo que se abr铆a, que por cierto era de mayor confrontaci贸n contra el Estado y el sistema de dominaci贸n capitalista.
A nuestra consideraci贸n, nos hab铆an asesinado otro Weichafe porque las clases en el poder sab铆an que nuestros avances org谩nicos constitu铆an su retroceso estructural. Es por este motivo que fue necesario reconstituir al sujeto pol铆tico id贸neo que participara en estas unidades org谩nicas, pero esto en el marco de la resignificaci贸n que vamos viviendo los mapuche. As铆, el Weichafe emergi贸 nuevamente como aquel militante altamente preparado en t茅rminos pol铆ticos, militares, morales y culturales para realizar todo tipo de tareas de distinta complejidad que requiriera la organizaci贸n. A su vez, todos los ORT cuentan con un grado de autonom铆a que permite, por un lado, la determinaci贸n de resoluciones en conjunto con los intereses de las comunidades y, por otro, un nivel de flexibilidad para materializar las condiciones de seguridad frente a la inteligencia policial y a la persecuci贸n pol铆tica ejercida por el Estado.
Ya para este periodo la CAM ejerc铆a su praxis pol铆tica en tres tipos de acciones concretas; por un lado, continuar铆a en los procesos de recuperaci贸n territorial agudizando el conflicto abierto en contra del Estado y del capital. Tambi茅n, avanzar铆a en lo que denominamos 鈥渆l control territorial鈥 como una forma avanzada de ejercer soberan铆a multidimensional sobre el territorio y no tan s贸lo como un ejercicio de apropiaci贸n ef铆mero. Es decir, comenzamos a articular iniciativas de sustento productivo (siembras), habitacional (casas- rucas) y culturales (Guillatuwe, Paliwe), dentro de las recuperaciones con el fin de romper con los hechos la propiedad privada sostenida por la apropiaci贸n capitalista. Y tercero desarrollar acciones de sabotaje a todo tipo de instalaci贸n principalmente maquinarias e instalaciones muebles e inmuebles de forestales y centrales hidroel茅ctricas apostadas en nuestro territorio reivindicado.
Estas acciones b谩sicamente de tipo incendiarias pasar铆an a tomar un papel central en los procesos de antagonismos y disputa que hemos sostenido contra la inversi贸n capitalista en el Wallmapu, cuesti贸n con la cual intentamos generar un quiebre y un posterior desalojo del poder burgu茅s sobre nuestro territorio ancestral.
Era innegable que la CAM a trav茅s de los ORT comenz贸 a ejercer una desestabilizaci贸n considerable para las tramas de dominaci贸n en el Wallmapu. Y como lo ha hecho hist贸ricamente, el Estado respondi贸 de manera violenta y punitiva ante nuestra expresi贸n de lucha concreta y arremeti贸 en contra de nuestra organizaci贸n. As铆, precisamente en este contexto y utilizando como excusa el denominado 鈥渁tentado鈥 contra el Fiscal Elgueta en el sector Puerto Choque 鈥 comienza una nueva ofensiva de inteligencia y criminalizaci贸n contra la dirigencia de la CAM en las zonas del Wallmapu donde la organizaci贸n ten铆a fuerte presencia. Esto m谩s all谩 de las zonas de Arauco, Malleco, fueron golpeadas estructuralmente en Ercilla, Collipulli, Vilc煤n y algunos alrededores de Temuco sufrieron los embates de la inteligencia que, bajo la justificaci贸n de terrorismo, intentaba una vez m谩s desarticular a la CAM.
Hacia finales del 2009 el 80% de la dirigencia de la CAM estaba en condici贸n de prisi贸n pol铆tica en contexto de un gobierno de derecha.
El periodo del reflujo y la recomposici贸n; la CAM hasta nuestros d铆as.
Fueron 86 d铆as de huelga de hambre que sostuvieron durante el 2011 nuestros weichafe H茅ctor Llaitul, Ram贸n Llanquileo, Jonathan Huillical y Jos茅 Huenuche frente a la condena de m谩s de 20 a帽os que les otorgaron por el supuesto ataque contra el fiscal Elgueta. Tal din谩mica (las huelgas de hambre) enquistaba una paradoja profundamente nociva para el movimiento mapuche; ante la imposibilidad de resistir en el territorio, el cuerpo deb铆a ser utilizado como instrumento de lucha frente a los actos punitivos de la represi贸n estatal y, aunque este se enfermara y deteriorara, por cuestiones de formaci贸n y convicci贸n no era posible claudicar para un militante de la CAM, ni adentro ni afuera de la c谩rcel, y as铆 fue asumido, al menos por los m谩s destacados dirigentes.
No obstante, pese a los discursos de algunos, tal f贸rmula se desvaneci贸 en la pr谩ctica. Las operaciones de inteligencia y principalmente la c谩rcel, surtieron cierto efecto sobre los sectores m谩s inestables de nuestra organizaci贸n, los cuales poco a poco se fueron alejando o en diversos casos nos vimos en la obligaci贸n de separarlos para preservar la l铆nea y los principios de la organizaci贸n.
Aun as铆, supimos leer tales condiciones y articular una respuesta t谩ctica a este ejercicio de contrainsurgencia. De este modo, dicha experiencia nos sirvi贸 tambi茅n para evidenciar el nivel compromiso con el proyecto de la CAM y, a fin de cuentas, para saber en cu谩l de todas las v铆as se posicionaban diversos luchadores del movimiento mapuche. En otras palabras, limpiamos aguas y fuimos capaces de fortalecer los principios fundamentales que impulsamos como organizaci贸n anticapitalista, anticolonial y en lucha por la liberaci贸n nacional.
Qued贸 establecido que la lucha mapuche no es solo estar en los procesos de reconstrucci贸n de nuestro pueblo, sino adem谩s en la resistencia concreta y real, que es enfrentarse a los enemigos de nuestro pueblo con las acciones directas y como Weichafe.
En tal contexto asumi贸 como vocero uno de nuestros m谩s destacado Weichafe, el fundador y dirigente de la CAM, H茅ctor Llaitul, el cual, adem谩s de sostener la huelga de hambre del 2008 y 2011, desarroll贸 otra huelga de hambre que dur贸 76 d铆as en la c谩rcel del manzano y que permiti贸 a la larga su desprocesamiento. Con Llaitul preso junto a una gran parte de la dirigencia de la CAM y con bastantes militantes criminalizados y perseguidos a trav茅s de diversas causas judiciales, se inicia en la organizaci贸n un proceso de repliegue y reacomodo para dar respuesta a las nuevas necesidades y condiciones del periodo. En este sentido, fue necesario para nosotros continuar con el proceso de reclutamiento de weichafe y articulaci贸n de distintos ORT por el Wallmapu.
En este sentido, a diferencia de lo que sosten铆a p煤blicamente la inteligencia policial y el gobierno, el encarcelamiento de nuestros weichafe no obstaculiz贸 el sostenimiento de nuestra organizaci贸n. As铆, estamos seguros de que la l贸gica de la represi贸n no alcanz贸, ni alcanzar谩, a opacar el sustento pol铆tico, ideol贸gico y cultural que sostiene el ejercicio pol铆tico de nuestros pu Weichafe, los ORT y la CAM como organizaci贸n, ya que esta opera sobre la l贸gica de neutralizar estructuras cl谩sicas de la izquierda nacional la cual, subjetiva y pol铆ticamente, se distancia de nuestro proyecto enraizado en lo mapuche, que adem谩s de ser anticapitalista es anticolonial, cuestiones fundamentales en el camino de lucha por la liberaci贸n como Pueblo Naci贸n.
Pese a distintos reacomodos y repliegues t谩cticos, en este contexto emprendimos como organizaci贸n una serie de v铆nculos estrat茅gicos que dieron certeros golpes a la estructura de dominaci贸n en diversos lugares del territorio Mapuche. Algunos de estos los establecimos con Resistencia Ancestral Mapuche 鈥 RAM en el Puelmapu y con el proceso de Resistencia del Pilmaiken por ejemplo. La base sustancial de estos v铆nculos tuvo como din谩mica central el despliegue de diversos ORT en las zonas de conflicto, cuesti贸n que fue prioridad en nuestra actividad como CAM durante los 煤ltimos a帽os. Expresi贸n de tal prioridad ha sido nuestra presencia en diferentes iniciativas de control territorial en sectores como el territorio pehuenche del Alto B铆o B铆o o en el Butahuillimapu, en donde la praxis pol铆tica ha sido llevada a cabo principalmente por ORT pertenecientes a la CAM.
Con el pasar del tiempo, la Coordinadora Arauco Malleco indudablemente se ha convertido en uno de los bastiones de referencia en la lucha Mapuche y en el movimiento ind铆gena a nivel continental y mundial. Tal cuesti贸n no ha sido tan s贸lo reconocida por sectores winka proclives a nuestras reivindicaciones, sino tambi茅n por nuestros enemigos directos, es decir, por fracciones empresariales y conservadoras que en m谩s de una oportunidad nos han llamado a iniciar una tregua y un di谩logo con el fin de frenar nuestra praxis rebelde en el Wallmapu. Esto, sin lugar a dudas, es una muestra de que nuestra fortaleza pol铆tica y pr谩ctica es observada como una amenaza real a los intereses del capital.
Es por lo anterior que en septiembre del 2017, se desarrolla el Plan Hurac谩n como una operaci贸n de inteligencia de gran envergadura impulsada desde el Estado Chileno con el fin de lograr la criminalizaci贸n en el 谩mbito pol铆tico judicial y la demonizaci贸n de la causa mapuche en el 谩mbito pol铆tico 鈥 medi谩tico, la que fue dirigida principalmente en contra de destacados dirigentes de la CAM y otras expresiones de resistencia. Con el paso del tiempo este plan se desplom贸 y qued贸 al descubierto uno de los m谩s grandes montajes desarrollados por las autoridades del gobierno de turno y la inteligencia policial al servicio del empresariado.
Pero m谩s all谩 de las din谩micas policiales corruptas que subyacen en la operaci贸n Hurac谩n, la intenci贸n tambi茅n fue medi谩tica con el objeto de instalar en el imaginario colectivo de la sociedad nacional e internacional la existencia de terrorismo en las reivindicaciones mapuche, para as铆 instalar un escenario de guerra desde el Estado en contra de la resistencia de nuestro pueblo, as铆 se instala e reinstala la Ley Anti Terrorista, la Ley de Inteligencia, la militarizaci贸n, el comando Jungla, entre otros, es decir la represi贸n y persecuci贸n pol铆tica con la resultante de muerte y c谩rcel para los m谩s destacados militantes de la causa mapuche.
En este recorrido hemos podido dar cuenta que, innegablemente, la historia de la CAM no es una historia lineal, m谩s bien, es la historia de una organizaci贸n que paso a paso, y en medio de fuerte tensiones y contradicciones, fue capaz de consolidar un proyecto pol铆tico para la liberaci贸n nacional. Es la historia de una colectividad constituida desde abajo, en la resistencia, desde el territorio, en clandestinidad, desde la c谩rcel; de una militancia ejemplar. En definitiva, es la historia de una organizaci贸n que cuando todo parec铆a dirigirse hacia la consolidaci贸n del Estado, marc贸 un antes y un despu茅s en la lucha del pueblo Naci贸n mapuche.
Por territorio y autonom铆a para el pueblo naci贸n mapuche
Avanzamos hacia la liberaci贸n nacional
Amulepe tai帽 weichan
Weuwai帽 鈥 marrichiweu
Comisi贸n pol铆tica, Coordinadora Arauco Malleco
Fuente: Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu
Publicado: 2018-12-31 | Revisado: 2018-12-31 11:19:37 | Enlace de actual documento: http://www.mapuche.info/?pagina=7200 |