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2016-01-18 | Cultura | MapucheJodorowsky y el Amor MapucheEl rentable negocio de la CharlatanerÃa IndigenistaMe topé en el twitter de ânada más ni nada menosâ Alejandro Jodorowsky con una supuesta palabra mapuche, aywon, que significarÃa ânacimiento de luzâ o âluz que miraâ. Al indicarle que dicha palabra no existÃa, o al menos, no con ese significado, su respuesta fue increÃbleâ¦La charlatanerÃa es una práctica más vieja que el hilo negro. Antiguamente, los charlatanes solÃan servirse de palabras de idiomas orientales, sobretodo porque enganchaban bien con el misterio y exotismo que rodean a todo lo que es oriental, y las palabras eran difÃciles de verificar. Pero hoy en dÃa, con la globalización y los abundantes recursos que tenemos para desmentir las falsedades, se les acabó el chipe libre. Hasta que encontraron su nueva fuente de chamullos: las lenguas indÃgenas. El 99% de los chilenos no habla una lengua indÃgena, y los recursos para aprender, tales como gramáticas y diccionarios, son escasos, lo que vuelve difÃcil la tarea de verificar lo que nos dicen. Gracias a eso han aflorado numerosos charlatanes que se dedican a desplegar toda su creatividad, inventando palabras supuestamente mapuches, quechuas, aimaras, entre otras, dándoles estrambóticas interpretaciones, acompañadas de las más disparatadas conclusiones filosóficas que develan supuestas sabidurÃas ancestrales que jamás existieron. No digo que las sabidurÃas ancestrales no existan, pues las hay en gran número; sólo digo que éstas, especÃficamente, no. Que quede bien claro: los pueblos indÃgenas son una fuente riquÃsima de sabidurÃas antiguas. Pero no necesitamos que charlatanes las vengan a rechamullar reinventar. Otra estrategia consiste en inventar relaciones improbables y supuestas verdades universales. Se parte de la base de que un pensamiento tan profundo no pudo habérsele ocurrido a un pueblo indÃgena, por lo tanto tiene que haber llegado de otro lado. El que encuentra la conexión con la civilización más rara o más antigua, gana más puntos del filosómetro. Un ejemplo histórico es el del (supuesto) âloncoâ Kilapán (nacido bajo el nombre de César Navarrete) y su chamullo teorÃa sobre el origen griego de los mapuches. Su idea parte del prejuicio de que los mapuches no pudieron haber logrado un nivel filosófico tan alto por sà solos, atribuyendo todo el logro a los griegos y despojando a los mapuches de toda capacidad intelectual. Una idea tremendamente racista, en el fondo. Como los charlatanes tienen una gran capacidad para maravillar al público ingenuo, sus libros se venden como pan caliente, expandiendo la desinformación como una peste impulsada por la ignorancia masiva de un rebaño de lectores poco crÃticos. El ejemplar vivo más conocido es Ziley Mora, quien ha publicado sus más raras teorÃas incluso en diarios como Publimetro. Inventó, por ejemplo, que los mapuches antiguos no se enfermaban, porque supuestamente en la lengua mapuche no existe la palabra enfermedad (?). Tendremos que preguntarle entonces qué significa kutran y el rol de la machi, asà como la importancia del ŀawen, y lo que hacen los zatuchefe y los ampife. Aunque sobre este último también ya se mandó un tollo inventó una teorÃa. Ha llegado incluso a inventar que en la lengua mapuche no existe la negación, siendo que el mapudungún es una lengua tan rica en formas negativas, que existen al menos cinco maneras de negar una frase, un sistema mucho más complejo que el del castellano. Por si fuera poco, se dedicó a inventar las más disparatadas traducciones para palabras que ni siquiera existen. El asunto se vuelve un cÃrculo vicioso cuando otros charlatanes toman estas afirmaciones como verdaderas y las reproducen en sus libros sin ningún tipo de verificación, por ejemplo, cuando Gastón Soublette da una interpretación bastante extraña de la etimologÃa de la palabra wentru (hombre) en mapuche. Y quien está detrás de ese tollo esa supuesta etimologÃa es âcomo era de esperarâ Ziley Mora. Luego de eso se validan mutuamente, y la desinformación queda fijada como si fuera un hecho comprobado. Y luego se publican y republican por periodistas copiones y poco cautos, que no son capaces de sentarse cinco minutos a verificar la veracidad de lo que publican (y para eso estudian cinco años). En la era de la (des)información, parece ser más importante publicar cualquier tontera lo más rápido posible para juntar la mayor cantidad de clicks, falso trofeo del éxito periodÃstico. Explicaré el fenómeno de la validación mutua con un ejemplo real. No le pasó al amigo de un amigo, sino a mà mismo hace unos dÃas. Me topé en el twitter de ânada más ni nada menosâ Alejandro Jodorowsky con una supuesta palabra mapuche, aywon, que significarÃa ânacimiento de luzâ o âluz que miraâ. Al indicarle que dicha palabra no existÃa, o al menos, no con ese significado, su respuesta fue increÃble: â¿entonces amar no hace nacer la luz, no hace que dejes de mirarte para ver a quien adoras?â. Claro, por qué no, pero esa pregunta no responde en lo más mÃnimo a mi cuestión sobre la existencia de la supuesta palabra aywon. Sin embargo, como su respuesta sonaba bonita y profunda, en apenas pocos minutos alcanzó las decenas de retuits. La peste de la desinformación expandida nuevamente por la masa de lectores sin criterio analÃtico. Sufrimos una especie de analfabetismo comprensivo: sabemos leer, pero no entendemos ni analizamos lo que leemos. No nos cuestionamos nada. Si está escrito en internet, debe ser verdad, sobre todo si la frase suena shúper enigmática. InsistÃ, hasta que otra persona puso la supuesta âfuenteâ de la información, que venÃa de âsorpresaâ Ziley Mora. Eso bastó para una seguidilla de valÃdame-que-te-valido, el famoso sistema de validaciones en cÃrculo que jamás llegan a una fuente confiable, pero que funciona perfectamente para llenar los egos de sus inventores y dejar contentos a los lectores conformistas. Asà se autovalidan en su cÃrculo de iluminados psicomágicos: lo que yo digo es verdad porque tú dijiste que yo lo dije. Para no dejarlos con la duda, les explicaré la falacia lingüÃstica. Amor en mapuche se diceayün. Hay muchas palabras para decir luz, según el tipo de ésta, pero ninguna se parece aayün ni a aywon. Hay, sÃ, una palabra parecida, pero no relacionada: wüṅ, que significa amanecer. Y ojo que la ṅ final de wüṅ (con puntito) ni siquiera se pronuncia igual que la nfinal de ayün. Pero a ellos no les importa, total se parecen. Ahora, hay una palabra derivada de ayün que podrÃa parecérse a aywon o a wüṅ: ayüwün, que significa amarse mutuamente. Pero esta palabra no es nada más que el verbo ayün, cuya raÃz es ayü-, con la terminación -wün que es para formar verbos reflexivos, dando ayüwün. Pero esa terminación -wün no tiene nada que ver con la raÃz wüṅ, que además, como ya dijimos, se pronuncia distinto y tiene otro origen. Nuestro listo filósofo quiso hacer una especie de quimera entre ayüwün ywüṅ, y salió con aywon. Pero si asà fuese, deberÃamos aceptar que en ese caso la palabrawüṅ estarÃa igualmente relacionada con todos los verbos reflexivos, puesto que comparten la misma terminación: pewün (verse), leliwün (mirarse), kintuwün (buscarse),nütramkawün (conversarse), takuluwün (cubrirse), trawün (reunirse), y una lista inmesurable, además de una serie de otros verbos que, sin ser verbos reflexivos, terminan igual, como küzawün (trabajar), y wewün (vencer). Asà podemos comprobar que el análisis de Ziley Mora da una conclusión carente de toda rigurosidad lingüÃstica, pues decir queayüwün deriva de wüṅ es tan desatinado como decir que en castellano burrada deriva dehada. También recibà como argumento que, por ser el mapudungún una lengua de difÃcil escritura (asunto que ni siquiera es cierto), por aywon querÃa representar de forma aproximada la pronunciación de ayün. Ni cerca. Aywon se parece a ayün tanto como amar se parece a mear. Pero ya, seamos generosos, aceptemos que en algún universo paralelo ayüny wüṅ estuvieran semánticamente relacionadas (comparten un solo sonido, la ü, la vocal más abundante del mapudungún). ¿De dónde sale el cuento del ânacimientoâ y de la âluz que miraâ? Chamullo. Pero siempre les queda su última jugada: que la palabra se la dijo una anciana machi (persona que de por sà porta una carga misteriosa) en el último rincón perdido sobre la última montaña del lugar más perdido de la cordillera de los Andes. Y además era la última persona que recordaba la palabra. Y se murió. TÃpico, ¿a quién no le ha pasado?. Ahà radica su arma secreta: que ellos siempre obtienen la información âmágicamenteâ de fuentes inaccesibles al resto de los mortales, ergo imposibles de verificar. Por algo son iluminados. Entonces a uno no le queda otra que decir âgracias, supremo ser iluminado, por haber salvado esa iluminada palabra, compraré su iluminado libroâ. El charlatán siempre se las arregla para vender su idea. Como bien se suele decir, en el paÃs de los ciegos el tuerto es rey, y nuestros tuertos filósofos han encontrado la piedra filosofal para llenar sus egos. Tal vez por ayon quiso decir along, un tipo de luz. Y por transparente en realidad se referÃa a la palabra aylin, que sà existe y significa eso mismo. Pero mezclar ayün (amor) con along (luz), aylin (transparente) y wüṅ (amanecer) âcuatro palabras que no tienen nada que ver entre sÃâ es vender un jurel tipo salmón tipo atún tipo sardina. Yo, por mi parte, me pregunto: ¿hasta qué punto es válido falsear el idioma de un pueblo con tal de satisfacer sus propias fantasÃas y vender muchos libros?, ¿qué tan honesto es abusar de la ignorancia de los lectores incautos?, ¿cuánto se puede prostituir la verdadera sabidurÃa de los pueblos originarios?, ¿no llevan ya siglos aguantando atropellos territoriales, materiales, religiosos, y ahora además culturales?, ¿no son âprecisamenteâ los filósofos los encargados de pensar soluciones para conflictos como estos?, ¿no debieran ser ellos los defensores de la ética?. Pero no. Viva la pseudofilosofÃa, la pseudolingüÃstica, el ego. La manipulación de los datos con tal de vender. Vivan los iluminados con complejo de gurú y su falta de ética, la filosofÃa del cuenteo que vende mucho pero aporta poco. Por favor, que alguien nos saque de este pajerismo intelectual crónico. Total, cuando se trata de lenguas indÃgenas, cualquiera puede decir lo que se le da la gana. Por: Amaru Quyllur Fuente: http://amaruquyllur.blogspot.com/ Fuente: Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu |
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